La pasta de la que están hechos los líderes políticos

La ventaja de estar inmersos en una campaña electoral es que permite a los ciudadanos ver un poco más de cerca a esos políticos que solo se asoman en sus vidas a través de la televisión o los periódicos. Es el único sentido que ahora mismo tienen esos mítines en los que los partidos se gastan una millonada en fletar buses de adeptos absolutamente convencidos para dar la imagen de que sus líderes, esos que figuran en la foto electoral, tienen un gran tirón entre la sociedad. Sin embargo, además, este tipo de actos también valen para comprobar de qué pasta están hechos esos supuestos líderes y, la verdad, algunos no salen muy bien parados. Por ejemplo, Pedro Sánchez, el pasado martes en Vigo, optó por usar una puerta lateral para ahorrarse el abucheo y las protestas de los trabajadores de ENCE que se irán a la calle por una decisión suya. Hubiera sido un buen momento para que Sánchez les explicara los motivos de propiciar el cierre de la planta de celulosa, pero parece que el presidente en funciones y candidato socialista solo está para caricias, nada de momentos tensos.

La pasta de la que están hechos los líderes políticos

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