TWITTER LO CARGA EL DIABLO

Un tuit del diputado de ERC Pere Bosch en el que se atribuía un titular falso a la popular María Dolores de Cospedal ha sido el origen de un largo debate mantenido en las redes sociales durante los últimos días. En su tuit el nacionalista aseguraba que Cospedal había dicho que “la gente acude cada vez más a los comedores sociales porque no saben cocinar”.
Prendida la mecha solo hubo que esperar a ver cómo internet empezaba a arder. A partir de este mensaje de Bosch muchos fueron los tuiteros que le solicitaban al político catalán que justificase las declaraciones, recibiendo la callada por respuesta. Y entre medias surgía un link del diario “Público.es” donde se recogía el titular y que luego llevaba a una noticia, también de Cospedal, en la que se hablaba sobre corrupción y que nada tenía que ver con la frase que se le adjudicaba sobre los comedores escolares.
Tuvo que ser la propia Cospedal la que, a través de su cuenta de Twitter, le exigiese a Bosch que retirase sus tuits, negando haber realizado las explosivas declaraciones que se le atribuían. Sin embargo, el daño ya estaba hecho y muchas eran las personas que en las redes sociales se hacían eco de las supuestas declaraciones, condenando a Cospedal sin dar siquiera derecho a réplica.
Eso es quizás lo que más me ha asustado de este caso. Ya muchas veces he escrito acerca de los peligros que las nuevas tecnologías y las redes sociales tienen a la hora de permitir la difusión de bulos y mentiras de una forma rápida y sin control. Muchos son los que se limitan a compartir solo habiendo leído un titular, sin mirar o comprobar lo que realmente estaban haciendo.
Lo que me ha preocupado esta vez ha sido que cuando se hacía ver que estaban dando cobertura a una mentira, la respuesta era: “Poco importa que no sea verdad, a esta señora la veo capaz de eso y de más”. Cuando ya no importa la veracidad de las acusaciones, cuando preferimos creer la mentira porque se adecua mejor a nuestros intereses, cuando ya no importan los hechos sino que los prejuicios pesan más es cuando deberíamos pararnos a reflexionar y ver hacia dónde nos estamos encaminando.

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