El día de ayer falleció a los 85 años Emilio Pérez Pérez (Sober, 1940), que se destacó como jefe de la Brigada de Estupefacientes de Galicia. Pérez, quien murió de forma repentina, deja mujer, cuatro hijos y cuatro nietos. Aunque sus allegados lo recodarán sobre todo por ser un hombre muy familiar, públicamente destacó por su labor en a lucha contra la droga finales del siglo XX, lo que le valió numerosos reconocimientos, entre ellos una Cruz al Mérito Policial con distintivo rojo.
Aunque lucense de origen, Pérez estuvo muy ligado desde siempre a A Coruña, a la que se mudó siendo niño. Cursó sus primeros estudios en el Colegio de Maristas. Ya de adulto, ingresó en 1962 en el Cuerpo nacional, teniendo como primer destino Bilbao. En cuanto pudo, se trasladó a Galicia, donde desempeñó la mayor parte de su carrera profesional.
En aquella época, la lucha contra la droga generaba una gran preocupación en la sociedad y Pérez, en su calidad de jefe regional de la Brigada de Estupefacientes, fue responsable o supervisó numerosos operativos que desarticularon bandas y se incautaron de gran cantidad de droga. Sus hijos le recuerdan saliendo del hogar familiar súbitamente y apareciendo en la televisión al poco tiempo por alguna noticia en la que se anunciaba que se había interceptado algún barco cargado de drogas. Su último destino fue como jefe de la Brigada Móvil de Galicia, donde permaneció varios años antes de jubilarse el 21 de abril de 2005.
A nivel personal, a pesar de que dedicaba la mayor parte de su tiempo a su familia, era conocido por su carácter sociable, “muy amigo de sus amigos” y por su afición al mus, juego de cartas en el que llegó a ganar algún campeonato, como recuerdan sus hijos. También practicó desde siempre varios deportes, incluido el fútbol y el baloncesto.
A pesar del carácter repentino de su muerte, sus allegados tuvieron tiempo de despedirse de él. Hoy se le rendirá un último homenaje con una misa en su honor a las siete y cuarto de la tarde en Servisa.