Entre las vallas y la maquinaria desplegadas en la calle Sagrada Familia se encuentra un elemento del mobiliario urbano que se ha convertido en la sensación de los vecinos. No es nuevo, pero nunca había sido tan útil: un banco colocado a pie de obra –en la intersección con Nuestra Señora de Fátima– que no pasa ni una hora sin que alguien repose en él para echar un vistazo al avance de lo que será el nuevo tramo de la ronda peatonal.
Según fuentes municipales los trabajos se centran ahora en la pavimentación entre San Jaime y Nuestra Señora de Fátima, que ya está “prácticamente terminada”. A su vez, los operarios están ejecutando las instalaciones y demoliciones de pavimento antiguo entre Nuestra Señora de la Luz y Nuestra Señora de Fátima. La previsión es que las obras finalicen entre los meses de octubre y noviembre de este mismo año.
La humanización de la Sagrada Familia supone el último tramo por ejecutar de la ronda peatonal que conectará San Diego con el Agra do Orzán. Y no es la única actuación que se hará en el barrio, ya que el Gobierno local también trabaja en la ampliación de la biblioteca municipal. La obra ocupa una superficie de 1.640 metros cuadrados donde se remodelarán los espacios públicos, se transformarán la calzada y las aceras para configurar, finalmente, una plataforma única donde habrá prioridad peatonal y se mantendrá el acceso a los vehículos autorizados y de personas residentes.
Preguntado sobre los efectos que esta obra tendrá en el barrio, el director territorial de Galicia de la consultora inmobiliaria Gesvalt, Roberto de Castro, asegura que el resultado será positivo, tal y como ocurrió en otras zonas de la ciudad en la que se llevaron a cabo peatonalizaciones. La Sagrada, dice, está llamada a emular una tradición del sur, la de “tomar la fresca”, algo que ya se puede ver con el famoso banco. “Se ve que en A Coruña las peatonalizaciones tienen bastante contestación ciudadana. Si la gente gana espacio para pasear, al final, además de pasear, compras, te paras, tomas algo, etc”, sostiene.
El Colegio Oficial de Arquitectura Técnica, recuerda De Castro, “recomienda que haya espacios públicos donde los vecinos puedan salir a tomar el aire, y esto es algo que se había perdido”. Pero, tras el fin de las obras, ¿cuándo se verán efectos en la actividad económica del barrio? “En un año o año y medio, cuando empiecen a abrir nuevos negocios y provoquen efecto llamada”, concluye.