Este es un país de viejos. Es más: el país con más viejos de todo el Estado y con los viejos con menos poder adquisitivo de toda España. Este es un país de viejos, pero no un buen lugar para viejos.
Salvo algunas excepciones, como Romay Beccaria, que sigue sin jubilarse para hacer un peto que le sirva para un buen futuro ¿?, el resto tiene el disgusto de figurar entre los que cobran las pensiones más bajas.
Al ser un país de viejos, pero un mal país para viejos, la última noticia que nos llega del Sergas (se rebaja su presupuesto en veintiún millones) nos deja al borde del infarto.
Claro que es otra vuelta de tuerca (el tijeretazo de Feijóo durante su triunfal paso por la Xunta rebajó las ayudas sociales en millones) que se une al repago del copago, al céntimo sanitario (que, posiblemente, tumbarán desde Europa), el pago por el uso de ambulancias y tal vez por usar la ducha en las habitaciones de nuestros hospitales…
¿Hospitales? En Ourense y Lugo (dos de las instalaciones más publicitadas por el gobierno Feijóo) no existen los servicios prometidos hace más de dos años.
¿Y eso tiene cura? En Ourense, según cuentan los periódicos, no hay especialistas en pediatría, pero sí cuatro curas. No te sanan, pero te llevan directamente al cielo sin pasar por la UCI. Leemos que los cuatrocientos millones ahorrados en uno de esos hospitales se enterraron en el Gaiás. O sea, el mundo al revés: el vivo al hoyo y el muerto al mausoleo.
Y hay más: el pasado año se jubilaron setecientos médicos y, para ahorrar, solo se cubrieron setenta plazas. Este año el problema se multiplica al adelantarse la edad de jubilación. Añadan a este dato –que te hace subir la fiebre– que dos mil ochocientos titulados se han buscado la vida en el extranjero.
Esta situación la reflejaba hace días, en uno de sus chistes-editoriales, El Roto: al pie de la cama el médico advierte al paciente de que “ahora vendrá su corredor de Bolsa para recetarle el tratamiento”.
Efectivamente es la bolsa o la vida. Mala vida para nuestros vecinos: el recibo de la basura subirá un 20%, el IBI alrededor del 10% y el de la luz ni te cuento. Nos dejan sin futuro y el presente nos deja, con el 0,1 de mejoría, en la UCI.