Convivir con la mascarilla

quién nos iba a decir que esto de la nueva normalidad nos iba a acercar más que nunca a Japón o Corea. Si había algo llamativo para nosotros era ver a los habitantes de esos países caminando por la calle con mascarillas. En nuestra peculiar idiosincrasia no podíamos comprender esa costumbre suya de proteger a los demás a cambio de su propia incomodidad. Porque, al final, la cosa consiste en eso, en evitar contagiar a los demás poniéndonos la protección en la cara. Y eso es lo que en este país todavía muchos no entienden y por eso salen a calle como si el coronavirus no existiera. Y es por culpa de estos egoístas por lo que las comunidades están convirtiendo la utilización de las mascarillas en obligatoria en todos los casos. Si todos cumpliéramos las normas y pensáramos en los demás no sería necesario, pero el ser humano es egoísta por naturaleza y, en las pandemias, más.

Convivir con la mascarilla

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