Política hostelera

En mi sesión diaria de entreno con pesas puse la tele. Jamás lo hice (rompe la concentración), pero lo pase de carallo. 
En una prefabricada entrevista a Mariano Rajoy (obvio, saltaba a la vista en su desarrollo), la entrevistadora le preguntó: ¿Sabe lo que le preguntarían en un bar de Madrid si entrara solo? 
–Pues no, dijo el nacho con carita inocente. 
–Pues vamos a verlo, dijo pizpireta. 
Y pasaron cuatro entrevistas a otros tantos dueños de bares, con la misma pregunta: Si viniera el presidente del Gobierno a su establecimiento ¿qué le preguntaría? 
Las respuestas fueron –¡qué casualidad!– las mismas: ¿Qué pasa con eso de Cataluña? ¡Joder, no sabía yo del interés del gremio de hostelería de Madrid por ese asunto, y tal falta de profesionalidad. Si el bar fuera mío le preguntaría: ¿Qué va a tomar? 
Si no contestara pronto le diría: Al fondo a la derecha. O, váyase a tomar por… ahí, el fresco a la puta calle, coño.   

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