Puede que A Coruña sea, como reza el viejo eslogan. "la ciudad donde nadie es forastero", pero eso no es lo mismo que ser del lugar. Un ejemplo de ello son los madrileños. Los residentes de la capital escapan cuando pueden de los rigores del clima de la meseta para disfrutar de la costa gallega y su gastronomía y su comportamiento se ha descrito en un bar de Mera como "fodechinchos". Aquello ocurrió el verano pasado y levantó bastante revuelo.
Sea un simple cliché o tenga una base real, lo cierto se que muchos acusan a los madrileños de arrogantes y exigentes. Por eso una empresa de carsharing (compartir vehículos) ha creado una guía en la que ofrece algunos consejos más humorísticos que prácticos a los turistas que abandonan el Manzanares y los embalses por la costa.
Portada de la guía
No forzar para instalarse en primera línea de playa y mantener la distancia con otras toallas. "Si desde la tuya, eres capaz de ayudar al de alado a resolver sudokus, probablemente estés demasiado cerca".
No comentar que el bocata de calamares de Madrid está mejor que el pescado frito que acabas de comer. "¿Dónde crees que pescan los de la Plaza Mayor, en el Manzanares?".
No es necesario ir vestido de blanco a la playa. "Tampoco es requisito indispensable hacerse tatuajes de henna, ponerse trencitas o una tobillera de cuero"
No llamar tierra a la arena.
Cuidado al alquilar un patín, que acabas en Tánger.
El agua no está sucia porque tenga algas.
No compares los precios con los de Mardid y le digas al camarero. "¡Está tirado!" porque "suena a sobrado y le entregarán ganas de cobrarte hasta el aire que respiras".
No te pongas pesado exigiendo tapas gratis con cada consumición. Si las quieres, ráscate el bolsillo.
No preguntes "¿Dónde está el Malasaña de aquí?"
. Recuerda que los chiringuitos no tienen una mesa reservada para ti solo por venir de Madrid y tener 25.000 seguidores en las redes sociales.