Nuestro campo

El campo español y sus agricultores, hortelanos y ganaderos, llevan años aguardando una política de precios para poder defender los puestos de trabajo en el campo y sobre todo en defensa de sus explotaciones agrícolas, dejada de la mano de todos los gobiernos y con ello sumidos de manera paulatina los pueblos de esa España dedicada a las labores agrícolas en defensa de la tierra con su sudor del día a día, que gracias a ello lograron mantener sus pueblos con vida.
Pero el descorazonamiento  de tantos años de abandono, han llevado a que ahora se tenga una “España vaciada”. Debido a la falta de atención del campo español, la agricultura, al igual el campesinado francés, precisa de una urgente política de renovación del campo español, con la instauración de un mercado agrícola donde se puedan vender los productos a los precios rentables y cubran las necesidades de todo agricultor y que este no pierda dinero, como esta aconteciendo ahora mismo, que el problema ya es de antiguo, lo que ocurre, es que el cuerpo ya no más de sí y alzan con razón su voz.
Pueden clamar alzándola más, pero de nada servirá, si sus justas demandas no son oídas, el gobierno, el primero, en ello va mucho a nuestra economía, los intermediarios tienen en juego el perder un gran mercado acumulado en pocas manos y por último las superficies comerciales se juegan su reputación comercial ante el consumidor, a todos nos conviene tener unas explotaciones saludables económicamente  y cuanto más fuertes mejor, por su capacidad de  producción y también en su variedad y calidad.
De modo que el campo tiene que gozar de buena salud y últimamente está achacoso, muy achacoso, el gobierno no puede, ni debe, mirar a otro lado y decir “que la solución del campo a la crisis, no pasa por una subida generalizada de los precios”. Esto prueba que no se tiene la menor idea del alcance que tiene el problema que está vinculado a la agricultura en general en España y tampoco se sabe como atajarlo, por lo que nunca hubo una política de atención hacia el campo y sus agricultores.
Aquí no se salva ningún sector agrícola, todos tienen los mismos problemas, costes de explotación muy elevados y escasos ingresos de producción, que al final, no cubre lo invertido. Con lo que producir es estas circunstancias no resuelve sus necesidades, sino que las agrava con perdida económica ¿Existe alguna empresa en cualquier otro sector en estas circunstancias? Seguramente no ó incluso sea puntual, pero anacrónico.
Hay que tener respuesta para abordar este gigantesco problema y no culpar a los mercados del mismo, con ello no se arregla nada y por sí solo tampoco, al enfermo o se le cura ó se le deja morir, no hay termino medio y el campo español hace tiempo que se haya moribundo. A este paso, si no se toman medidas urgentes, el campo quedará abandonado y el consumidor tendrá que abastecerse de los productos que le lleguen del exterior, echando de menos los que tenía más cercanos, de una España vaciada y camino de no existir.

Nuestro campo

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