ALGUNAS NOVEDADES

Sabemos por su propia declaración que el presidente del Gobierno en funciones y líder del PP, Mariano Rajoy, no va a dejar de encontrarse con Pedro Sánchez, secretario general del PSOE, por el hecho de que este quiera ir acompañado del líder de Ciudadanos, Albert Rivera.
Por la carta que firman conjuntamente Antonio Hernando (PSOE) y Juan Carlos Girauta (C’s), dirigida a siete grupos políticos (todos menos los que apoyan procesos de desconexión con España), también sabemos que los socialistas han decidido incluir al PP, por primera vez, en su ronda de negociaciones encaminadas a formar Gobierno.
La tercera novedad que importa señalar es la fallida convocatoria de Podemos, que pretendía una cita a cuatro (PSOE, Podemos, IU y Compromís), para ir amueblando el “Gobierno a la valenciana” soñado por Pablo Manuel Iglesias. Sánchez no ha mordido ese anzuelo y ha decidido seguir anclado en su acuerdo básico con Ciudadanos,.
Las tres novedades apuntan a una cuarta: los partidos de mayor compromiso con el orden constitucional están llamados a entenderse. Entenderse no quiere decir gobernar juntos. Hay otras formas de regirse por imperativos de interés general para acabar con el vacío de poder que nos agobia desde el 20 de diciembre. Van a empezar a explorarse, a fin de evitar una nueva llamada a las urnas.
Eso es lo deseable. Que se den pasos reales en favor de la gobernabilidad y se supere la situación creada tras el fallido intento propuesto por el rey, asumido por Sánchez, apoyado por Rivera y revocado en el Congreso con los votos del PP y Podemos alineados en el “no” al candidato socialista.
Avanzar hacia la formación de un gobierno que evite la repetición electoral es incompatible con el tacticismo y los vetos cruzados, que dan lugar a debates estériles. Como el de si el pacto PSOE-Ciudadanos puede romperse por las declaraciones de Rivera respecto al nombre de Sánchez como presidente de un Gobierno de coalición. Ganas de enredar, cuando está claro que el líder de Ciudadanos quiso subrayar que el pacto no se ocupa de sillas sino de programas.
Tampoco ayuda al acercamiento de los dos grandes que la vicepresidenta del Congreso, Celia Villalobos (PP), diga que a Sánchez solo le importa “salvar su culo” como líder del PSOE. Como si tan legítima motivación no fuese recurrente en cualquier dirigente que se tome en serio su papel. Eso se puede predicar también de Rajoy. Tal vez con más razón, si nos atenemos a las encuestas que reflejan que una mayoría de ciudadanos que reclaman un paso atrás del presidente en funciones, por no verlo adecuado para liderar y ahora al PP.

ALGUNAS NOVEDADES

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