CAMARERO O MAITRE

Amí el trabajo en hostelería y restauración me parece de los más duros que existen. Atender al público es siempre complicado. Y se debe hacer con la mejor de las sonrisas y en las mejores condiciones de presentación. Del primero al último que trabaja en este sector sabe que en todo momento el cliente lo tiene en su punto de mira y atención. A ninguno de estos profesionales se le ocurre prestar sus servicios si sus condiciones higiénicas o de vestimenta no son las adecuadas. Para ellos el mayor de mis respetos.
No tengo porque justificarme, pero lo voy a hacer para que luego no haya malos entendidos entre los lectores del Grupo La Capital. Considero que cada uno debe de vestirse como le venga en gana. Como le salga del occipucio que, metafóricamente, quiere decir cómo le salga del… Cada uno es libre, en su vida personal y privada, de poner sobre su cuerpo las vestimentas que considere oportunas.
Donde ya no estoy tan de acuerdo es en la vestimenta que deba usar una persona que no se representa a sí misma, sino que lo hace en nombre de una agrupación de elección, y llega hasta los más altos niveles del Estado.
Esto es lo que le ocurrió al máximo responsable de Podemos, Pablo Iglesias. Cuando fue recibido por el rey Felipe VI iba vestido como el camarero que debería serviles los cafés: en mangas de camisa blanca y camisa negra. Y cuando se entremezcló con los cineastas, hombres y mujeres de la farándula, de la cultura  y del arte, lo hizo como el maitre de un restaurante: de esmoquin, con pajarita incluida. 
Tanto en un caso como en otro creo que Pablo Iglesias iba en consonancia con las fechas: Carnavales. Como si de un actor se tratase en cada una de las dos ocasiones cumplía con el papel que se había asignado. En el palacio real demostrando que no era casta, y en el de los cineastas, como si uno más de ellos se tratáse. No olvidemos que los actores, además de meterse en su papel, se tienen que disfrazar o vestirse adecuadamente para darle fuerza estética al personaje.  
En fin, a estos políticos de nuevo cuño que integran las distintas corrientes, vertientes o conglomerados que forman Podemos, les voy a pedir: “Menos samba e máis traballo”. O lo que es lo mismo, menos postureo y más acciones de gobierno, que es para lo que les han votado de forma directa los ciudadanos, o indirectamente ayudados por otras fuerzas políticas, como el PSOE, para alcanzar alcaldías.

CAMARERO O MAITRE

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