He visto el combate de los Presupuestos Generales del Estado. Todo salió como estaba previsto en el guion: el Partido Popular, ha ganado las elecciones. El solo; porque Convergencia y Unión (catalanes al fin y al cabo), intentó, como siempre, sacar butifarras del culo de un perro. Pero les salió otra cosa. Más suerte la próxima vez. Sin embargo, el FMI, el Banco Mundial, el New Herald Tribune, mi amigo Manolo, y este diario –al menos por mi parte– decimos lo mismo: no llega machacarnos con recortes sociales; si no se toman medidas que fomenten el empleo, y por ende el consumo, nos iremos a la bahía por la patilla. Ejemplo: Grecia. Pero veamos las cosas de aquí.
El pasado 21 N teníamos una deuda soberana del 60% del PIB, sufríamos 215 puntos básicos de los cojones por la emisión de deuda, el desempleo estaba en 5.350.000 personas, y teníamos mejores coberturas sociales. Cuatro meses después, la deuda es del 80% del PIB, y la tenemos a 435 puntos básicos de los mismísimos; hay 5.600.000 parados, no se consume un carajo, el estado del bienestar está casi al nivel de 1492 (¡ay Colón, dónde estás!), y estamos más intervenidos por Europa que la cadera del Rey.
Por si fuera poco, Argentina expropió Repsol-YPF. No basta pedir a Europa que quite los aranceles a la Argentina de Cristina; deberíamos devolverles al Messi, y falle los penaltis allí. Pero Convergencia y Unión (siempre tocando los huevos, como el Jordi), no quiere.