¿A QUIÉN CONVENCE LA MAREA?

La verdad es que ya resulta incómodo hablar del tema y ver lo que en realidad acontece con el Gobierno municipal de la Marea, el cual va camino de cumplir diez meses y todavía no se le ve absolutamente nada, con una ciudad paralizada y su economía en riesgo de acabar hundiéndose si no hay alternativa a su inacción política. Son muchas las promesas y también su dialéctica está sobrada de intenciones, pero la ciudad y sus habitantes viven de realidades, ya que una cosa es prometer y otra muy distinta dar trigo. Y esto es lo que falta en el deseo de los coruñeses.
Cuando las elecciones municipales en mayo del 2015, la Marea prometió que iba a solucionar los problemas que tenía la ciudad, pero nada de esto se ha visto. El Partido Socialista cayó en la trampa y apoyó sin fisuras al gobierno de la Marea para que este se alzase con la Alcaldía, mientras que el Partido Popular perdió las elecciones de modo propio por una nefasta decisión de la cual la Marea sacó rédito en un primer momento, pero todavía no ha dicho si al 7 de octubre se le devuelve la festividad a la patrona de La Coruña desde 1589, Nuestra Señora del Rosario. Esa fue la piedra angular que le costó la Alcaldía a los populares y nadie en su sano juicio hizo una reflexión al respecto por parte de los que entonces gobernaban, aparte de otras actuaciones que hicieron enfadar a los coruñeses.
Después de esta amplia reflexión como coruñés amante de su ciudad, hay que valorar lo hecho por el actual Gobierno de la Marea y ponerlo en el fiel de la balanza. Su contenido aparece vacío, ya que pesa mucho más lo que la Marea, con Ferreiro a la cabeza, ha dejado de hacer. Su actitud y la de sus ediles, no convence a nadie. El comercio se queja, los hosteleros piden las licencias de las terrazas para ajustar el mobiliario, los constructores están que trinan por la falta de licencias desde que se instaló el nuevo gabinete en la plaza de María Pita, los hoteleros le piden agilidad ante la parálisis que sufre la ciudad, los jóvenes empresarios se lamentan de la actitud de la Alcaldía y sus respectivas concejalías, los autónomos de que la actuación municipal es inexistente, los vecinos constatan el mal funcionamiento municipal y la ciudad paralizada, según la oposición en el Ayuntamiento, y encima hecha una ratonera para vehículos y viandantes.
Esto es lo que debía hacer reflexionar al señor Ferreiro como máxima autoridad responsable de la vida municipal en La Coruña. Se puede engañar un tiempo a la gente, pero no se puede engañar siempre, porque esta trampa enseguida queda al descubierto y los ciudadanos son conscientes de ello y de lo mucho que hay que hacer y de lo poco o nada que se está haciendo.

¿A QUIÉN CONVENCE LA MAREA?

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