Andan los políticos y los trabajadores de los partidos con la mosca detrás de la oreja, temiéndose que este año lo mismo se quedan sin vacaciones a cuenta de una nueva convocatoria de elecciones por parte de Pedro Sánchez. Y este, lo que hace es medirse el ego con Pablo Iglesias, en una pugna que, lo mismo, nos termina llevando de nuevo a las urnas, en un intento por batir records imposibles. Y es lo que tiene la división del voto, que de cuando en cuando juega estas malas pasadas y ofrece complicados escenarios de pactos para gobernar. Eso sí, como eso suceda parece que la abstención será la ganadora.