La nave que avanza cómo será la tecnología de la comunicación

La nave que avanza cómo será la tecnología de la comunicación
La nave tiene tres niveles: la planta baja será el showroom, la primera para trabajadores ocasionales y la última, para permanentes

“¿Qué tipo de oficina quiere para el futuro?”. Esa es la pregunta que está haciendo el Cluster TIC de Galicia a los futuros ocupantes del Centro de Fabricación Avanzada que se licitará en septiembre. Su presidente, Antonio Rodríguez del Corral, lo explica así: “Hay otros que están planteándose un espacio dedicado a la parte comercial (showroom) y una parte de puestos de trabajo dividirla en dos”. En una zona acudirían de forma ocasional los trabajadores que normalmente están en casa a conectar su portátil y en el otro la gente que necesita permanentemente un puesto fijo en la oficina. Una empresa grande podría tener una planta baja de showroom, otra de uso libre, y otra de mesas permanentes. 

“Es un ejemplo de oficina del futuro y cómo las naves de la Ciudad de las TIC se pueden reformar de cualquier manera, hay que escuchar a los clientes”. No hay que entender una especie de gran taller, a pesar del nombre de Centro de Fabricación de Avanzada. “Es un proyecto mitad centro de demostración y mitad equipamiento compartido”. Habrá una pequeña cadena de montaje de prototipos de los aparatos en los que se especializará: receptores de sensores donde existe una alta demanda en el ámbito industrial, bancos de pruebas para dispositivos de energías, laboratorios multimedia con equipamiento que se alquila. 

Pero no son talleres propiamente dichos, aunque sí habrá espacio para equipamiento muy caro, que se usa de forma compartida, porque las pymes por sí solas no pueden permitirse adquirirlo por su cuenta, como impresoras 3D para propósitos muy concretos.  

Demanda 
La idea original del proyecto del Igape era precisamente esa, que en el Centro de Fabricación Avanzada ofreciera, por ejemplo, la posibilidad de emplear una carísima cortadora láser y compartir su uso. “Pero en el sector de la TIC eso no es tan demandado, por eso ofrecemos un proyecto mixto, porque el centro de demostración sí es demandado”, explica Rodríguez. 

Resulta que adquirir la tecnología no es muy distinto a adquirir unos pantalones: el cliente necesita probarlo y saber si se ajusta a sus medidas. “Imagina un restaurante que pide un robot que atienda al público. Quiere verlo y hablar con él para ver cómo le contesta. O un tipo de sensor, que detecte vibraciones. A lo mejor quiere llevar una máquina similar a las suyas para ver si lo detecta”, explica el presidente del Clúster.  

En el Centro de Fabricación Avanzada no se elaborará el producto, pero si un prototipo, y allí el cliente podrá comprobar que se ajusta a sus necesidades. Y una vez que lo haga, podrá encargar su fabricación en serie. 

En septiembre acabarán de dar forma al proyecto y ajustar los detalles a los deseos de los clientes. Ya hay quienes les han llamado al Clúster para interesarse por las condiciones para ubicarse, empresas que ni siquiera están en la lista de clientes. Eso permite a Del Corral mostrarse optimista: “Una nave de estas se puede reformar en un año y tenemos estimados en un tiempo de tramitación razonable y de reforma”. En dos años, acabarán también la urbanización y las empresas estarían mudándose. 

La Ciudad de las TIC preparada ahora cubre 20.000 metros y una empresa ocupa 400 o 500, pero en los 5.000 metros del Centro de Fabricación Avanzada cabrán tres o cuatro y en otoño comenzarán la campaña promocional. Pero en el futuro proyectado, hay espacio para todos.

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