Los hosteleros de la zona centro de la ciudad están hartos de la presión que sufren por parte de vecinos del barrio del Orzán y del Ayuntamiento. “Lo que no puede ser es que haya un grupo de policías locales delante de mi negocio esperando que alguien salga con un vaso en la mano”, protesta Óscar Novo, que es el presidente de la nueva asociación de hosteleros, todavía en ciernes, que se llama Entreplazas, y han decidido constituir en una reciente reunión. Con ella pretenden hacer valer su papel en la ciudad que va mucho más allá de ser el epicentro de borracheras nocturnas.
“Cuando llegamos, esto era un arrabal”, señala Novo, refiriéndose a la decadencia que ha sufrido durante años el centro de la ciudad, y que aún puede apreciarse en el gran número de edificios ruinosos que jalonan la calle Orzán. La hostelería volvió a traer actividad y animación a una zona que en las últimas décadas se había afincado en la marginalidad.
Por otro lado, los vecinos de la zona se quejan constantemente de ruidos. “Nosotros cumplimos las ordenanzas municipales, y cerramos a nuestra hora”, protesta Novo, que alega que todo el mundo quiere tomarse una copa y pasar el rato en el centro de la ciudad y que los clientes son inofensivos. “No ha habido un problema en años”, recuerda, al mismo tiempo que hace valer su propia condición de vecino, puesto que reside en el barrio.
Sentarse a negociar
Los hosteleros creen que se les está dejando quedar como los culpables de los problemas, y recuerdan lo ocurrido en la reunión de mediados de septiembre que el Ayuntamiento organizó entre hosteleros y vecinos, donde estos últimos se levantaron de la mesa. “Ahora van a tener que sentarse”; declaró Novo. Ya entonces, y ante lo que percibían como ataques de los residentes a negocios legítimos, la Asociación profesional de los Autónomos, Emprendedores y Empresarios de Galicia(Ascega) advertía al colectivo vecinal de que no puede culpabilizar a todos por igual de los ruidos que se producen en la zona.
En aquel momento eran solo tres hosteleros pero como Entreplazas ya suma doce miembros, Novo espera que se les tome en serio. Pero, además, no piensan detenerse aquí: los miembros de la asociación en ciernes consideran que la entidad de hostelería de A Coruña no ha salido en defensa de sus intereses como debería haber hecho, y piensan sumar a tantos empresarios como sea posible. “Somos gente joven, y tenemos otra manera de ver las cosas”, advirtió.
Por otro lado, los vecinos del Orzán tampoco se están quietos: hace una semana que anunciaron que están elaborando un informe. La asociación de vecinos Ensenada del Orzán prepara un dossier que piensa entregar en el Ayuntamiento en el que se resumirá las molestias e infracciones que cometen los locales de ocio nocturno. “Estamos recopilando la información que se pueda poner encima de la mesa en el momento adecuado para dejar en evidencia los problemas que estamos padeciendo”, afirman desde la entidad. En cada caso se incluirían pruebas, ya sean fotográficas, videos o de testigos confiables. A pesar de la fuerte presión policial de las últimas semanas, con constantes redadas en los locales que se consideran problemáticos, los vecinos consideran que el Ayuntamiento puede ir más allá a la hora de garantizar su derecho al descanso.