Hace poco; los técnicos que levantaron los alcorques en la calle de Alcalde Suáres Ferrín, en Los Rosales, hicieron un descubrimiento que les dejó sorprendidos: los árboles que jalonan habían sido plantados directamente sobre el suelo de hormigón, sin espacio para crecer, de manera que las raíces se enroscaban sin apoyo real, poniendo en peligro su estabilidad, de manera que es posible que tengan que ser arrancados. Desde Medio Ambiente señalan que no es un caso único: muchos de los 16.500 árboles plantados en las calles son especies inadecuada, o en una localización poco propicia. “En este trabajo en el que estamos, un trabajo de rehacer lo hecho. Me cuesta mucho arrancar un árbol, pero no ha habido una buena gestión de plantaciones de árboles en mandatos anteriores”, criticar Esther Fontán.
Según ella, “ha habido una práctica de años anteriores porque se viera más verde .pronto, plantando árboles de libre crecimiento y eso hace que luego sea mucho más difícil darle forma”. En el plan que sigue la actual Concejalía de Medio Ambiente, cuando se planta un árbol, primero se examina el sustrato y el entorno. “En muchas zonas se ha cometido una barbaridad al plantar árboles sin más”, advierte Fontán.
Tampoco se libra de sus críticas el Gobierno de Marea Atlántica, que lanzó durante el mandato anterior una campaña para reverdecer la ciudad con 1.500 árboles en la ciudad, y pensaba plantar 4.000 más Fontán critica su gestión de “anárquica”, “improvisado” y “poco adecuado al entorno”. Como ejemplo, Fontán señala la plaza de Cantigas da Terra, popularmente denominada plaza de Atocha Alta. Allí, frente a escasos centímetros de la puerta de un local, “Casa Matilde”, se levanta un árbol. “Ya hemos mandado retirarlo –critica Orzán –y lo mismo han hecho en la plaza, con un árbol en medio de una rampa pensada para subir los jubilados. Estamos con un proyecto para humanizar toda la plaza”.