El comienzo de una jubilación merecida

El comienzo de una jubilación merecida
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Isaac calcula que a Laki le llegará su silla de ruedas el próximo martes. Para tenerla lista cuanto antes, contó con la ayuda de Óscar y juntos estuvieron de madrugada atornillando y desatornillando el mecanismo. Con esta son diez las que ha fabricado para mascotas de todo el país y parte del extranjero. Y es que el coruñés empezó poniéndole patas traseras a un perro de Carballo, después de enterarse de que sus dueños no daban llenado la hucha para comprar la ortopedia. Seguidamente, le dio una segunda vida a otro cánido que hoy pasea por Cuba, al igual que un tercero y un cuarto de su misma especie con casa en Ceuta o Sevilla. 
Laki tiene además la peculiaridad de haber servido al ejército durante diez años hasta que le falló la cadera y tuvo que someterse a varias operaciones sin éxito. Ahora, la pastor alemán busca un hogar que le permita disfrutar de una jubilación merecida. En la página de Perros Policías Jubilados, Isabel Monteaguda anima a que alguien dé el paso y le aporte el cariño que necesita. Historias como la de Laki son las que llevan a Isaac a continuar poniéndole alas a sus Ángeles caídos sobre ruedas, que es como se llama la asociación desde la que gestiona toda la demanda. A su lado, Ana se encarga de publicitarla y Juan tramita todo el tema legal y el papeleo. 
La idea es captar socios para que la familia de sillas sea cada vez más grande porque hasta el momento, las diez que salieron del distrito 15.000 no le supusieron ningún coste a sus propietarios: “Solo el envío”. Para ello, Isaac movió cielo, mar y tierra. Consiguió que la tornillería, las ruedas y los tapices le salieran gratis e incluso distintos propietarios de talleres le ofrecieron una mano y sus locales: “Un viernes me acosté con 200 ‘me gusta’ y diez peticiones y el lunes se convirtieron en 2.000 y 50”. 
Hoy son 70 las que están en lista de espera. En las horas muertas, las que suceden a largas jornadas de trabajo, Isaac trata de adelgazar el listado, sobre todo, porque es consciente de que una de esas con neumáticos es sinónimo de vida para todas esas mascotas inválidas: “A estas se han ido añadiendo las que tienen problemas de movilidad por accidentes o por la cadera y las que tienen artrosis”. Es su forma de hacer justicia cuando deberían ser artículos subvencionado o, al menos, más accesibles al bolsillo, explica Isaac. 
Para construir los andadores, el artífice le saca punta a su condición de manitas: “Hace años hacía acuarios a medida” y con el tiempo mejora la técnica en base a las necesidades de cada animal. Asegura que todavía se le encoje el corazón cuando se acuerda del primero o le llegan fotos al correo de los destinatarios con sus segundas piernas en ristre. El objetivo es conseguir más sillas de ruedas en menos tiempo. Por eso, se plantea pedirle a otros artesanos que desarrollen piezas genéricas para encajar más rápido el puzzle. 
Por otro lado, Ángeles caídos sobre ruedas recoge donativos cada mes gracias a una campaña de teaming.net en la que los internautas pueden hacer microdonaciones de un euro al mes: “Cada 25 se reúnen todos los fondos”, que son ayudas para que la maquinaria no suponga tanto gasto. 
Isaac reconoce que se va a la cama con las nuevas historias en la cabeza. Esa presión le reconcome y de ahí que no dude en alimentar el proyecto con más horas de su tiempo libre. Lo siguiente será comprar una impresora 3D para hacer prótesis. La primera ya está en marcha. Será para Sion, un chihuahua que nació sin patas delanteras. Un angelito más que sumará en breve a su colección de trofeos. 

El comienzo de una jubilación merecida

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