La arquitectura busca las claves de su reinvención

El sector de la arquitectura no pasa por su mejor momento, algo que queda ejemplificado por las dificultades que está pasando el Colegio de Arquitectos de Galicia (COAG) para mantener su viabilidad económica . Pese a todo, la entidad ha convocado unos premios que dan buena cuenta de que la crisis y la falta de trabajo no han hecho mella en la creatividad de los profesionales.

Cerca de 200 proyectos concurrieron a la decimoquinta edición de los premios COAG, de los cuales han salido 32 nominados. Entre ellos figuran siete coruñeses, como el Ágora, la reforma del Campo da Leña o el taller de Nenoarquitectura. Los galardones, que se entregan mañana en el teatro Rosalía de Castro, son un barómetro de lo que se está “cociendo” en la arquitectura gallega, ya sea a nivel de infraestructuras públicas, reformas de inmuebles particulares o proyectos divulgativos. La racionalidad, la funcionalidad y, sobre todo, el acercamiento a los ciudadanos son las características de la mayor parte de las obras seleccionadas, que dan ejemplo de lo que muchos profesionales del sector llevan tiempo reclamando: una reinvención de la profesión que vaya más allá de la firma de visados de un gran bloque de viviendas o de las obras faraónicas cuya utilidad acaba quedando en entredicho.

 tres de los nominados

reforma campo da leña Felipe peña y alejandro álvarez blanco

“Lo público tiene que seguir construyéndose porque es la esencia de cualquier ciudad ”

La recuperación del Campo da Leña, que se llevó a cabo en 2010, puso de manifiesto el valor de una plaza emblemática que había sido “partida” en dos con la construcción de un edificio en 1948. Recuperar la unidad original fue el principal objetivo de los arquitectos Felipe Peña y Alejandro Álvarez, que ahora compiten en la categoría de Espacio Abierto Público. Peña apunta que la reforma sirvió, además, como campo de pruebas para diferentes elementos; desde el suelo de granito hasta los bancos y marquesinas de acero, que han despertado el interés de otras ciudades. El arquitecto recuerda los retos que planteaba el proyecto, sobre todo con el presupuesto. “Se pueden buscar fórmulas para ahorrar en mantenimiento. Lo público tiene que seguir construyéndose porque es la esencia de cualquier ciudad”, señala Peña.

taller de nenoarquitectura fermín blanco y fundación seoane

“Es importante que la gente vea el valor   de su paisaje antes de empezar a legislar”

Partiendo de un juego de construcción basado en bloques, el sistema  Lupo, Fermín Blanco ideó una serie de actividades para acercar la arquitectura a los niños de una manera amena y didáctica. Así nació el taller de Nenoarquitectura, que opta al premio de Ordenación del Territorio; junto con otro proyecto coruñés, A Cidade dos Barrios. El taller, que se desarrolla en la Fundación Luís Seoane, va más allá de un simple entretenimiento y explota la función divulgativa que debe tener la profesión. “Hables de lo que hables, en arquitectura, siempre estamos hablando de formación”, apunta Blanco, quien considera que el respeto por el entorno, el territorio y el patrimonio debe inculcarse desde la infancia. “Los políticos, y la gente en general, deberían ver el valor de su paisaje antes de empezar a legislar sobre urbanismo”, afirma.

ágora Luis rojo de castro, liliana obal y begoña fernández-shaw

“A Coruña tiene una relación privilegiada con el entorno que no se ha sabido aprovechar”

El paisaje coruñés visto desde los ojos de un grupo de madrileños. Ese podría ser el germen del Ágora, que opta al premio de Equipamiento. El estudio Rojo Fernández-Shaw concibió el centro sociocultural como una “montaña mágica” que se integrara en el entorno. “Cuando fuimos a ver el solar para el concurso, nos pareció un sitio increíble, rodeado de campos con ovejas”, recuerda Luis Rojo. El arquitecto considera que esa “relación privilegiada” con el paisaje natural que tiene A Coruña “no se ha sabido aprovechar”. “El proyecto de construcción de viviendas en el entorno del Ágora nos parece un error”, apostilla. Respecto al primer año de vida del centro, Rojo cree que se han superado las “polémicas iniciales” y que su funcionamiento es bueno. “Lo que se echa de menos es una conexión adecuada con el transporte público”, apunta.