El Depor asfixia al Celta

El Depor asfixia al Celta
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El Deportivo se dejó la piel en el derbi, lo dio todo, no regateó ni un solo esfuerzo para neutralizar el talento del Celta y llevarse el partido con toda justicia. El encuentro no fue vistoso, respondió al arquetipo de lo que suele ser un choque de estas características. Tensión, nervios, dureza y, sobre todo, una altísima exigencia. El sudor, a chorros, de los blanquiazules, se dejó ver en un final en el que muchos de los futbolistas acabaron con calambres, aguantando como baluartes las últimas acometidas celestes.
Víctor realizó cinco cambios con respecto al último partido. Puso en liza a jugadores con menos ritmo, pero el plantel respondió desde que arrancó el envite. A los seis minutos Lucas dispuso de la primera oportunidad para disparar a puerta pero su giro no se completó con el lanzamiento entre los tres palos. El coruñés ganaba la partida a los centrales en las primeras carreras y también en el corazón del área.
Respondía el Celta con una ocasión de Nolito pero le daba la pelota mansamente a un adelantado Lux. En el 18 era Tucu Hernández el que culminaba una buena jugada que, afortunadamente para el Depor, acababa en  dominio estéril.
Riazor estallaba a los 22 minutos cuando el ídolo local, Lucas Pérez, anotaba después de una gran jugada de Cani y la fe de Álex Bergantiños para entrar sobre el punto de penalti y evitar la salida del portero. El ariete de Monelos la empujaba a las mallas y ponía al Depor por delante. Todo pudo cambiar en el 24, cuando Nolito disponía de una pena máxima para empatar el partido. Lux adivinaba el lanzamiento y detenía el penalti. Riazor volvía a gritar de júbilo.
En el 30 Lucas y Jonathan Rodríguez realizaban una jugada rápida de ataque en la que no se entendían para finalizar. Con un nuevo disparo del uruguayo terminaban las ocasiones en el primer periodo.
Se reanudaba el choque con el Depor atacando de nuevo. Mosquera, el mariscal de campo, ponía orden con Álex Bergantiños. La zaga no fallaba. El Depor controlaba. La prueba evidente del dominio local fue que, aunque el Celta poseía más la pelota, no era capaz de tirar a puerta.
En el 54 Jonathan Rodríguez tuvo el segundo gol en sus botas. Disparó bien desde el costado derecho del área y la pelota le pasó por debajo de las piernas a Sergio Álvarez pero se fue por encima del larguero. 
Comenzaron entonces los cambios. Casi todos motivados por el desgaste físico. Tras diez minutos de poco fútbol y muchas faltas, el Depor besaba la madera en el 77. Juanfran, adelantado al medio del campo por la entrada de Laure en el lateral, chutaba desde 35 metros para enviar el balón al poste. El conjunto celeste disparó a puerta por primera vez en la segunda parte en el minuto 84. Lux estuvo atento para detener un balón manso de Nolito. Luego atajó un cabezazo de Aspas (desaparecido en el derbi como casi siempre).
El Deportivo, exhausto, había agotado cambios y fuerza. Lucas aguantaba como podía pese a los calambres. El Celta quería meter al equipo coruñés en su área y no había ni velocidad para contrarrestar el dominio visitante con una contra.
Se había perdido mucho tiempo, de manera favorable al Depor, y el colegiado señalaba 5 minutos de prolongación. Entonces, en el 93, llegó la jugada que alivió a Riazor. Jonny no sabía que su portero se había adelantado hasta los tres cuartos de campo, enviaba de primera hacia la portería y el balón se alojaba en las mallas con el meta celeste corriendo como un poseso tras el esférico y Riazor levantándose a coro a medida que la pelota se colaba en la portería celeste. 
Fue un partidazo del Depor ante un rival absolutamente capacitado que, ayer, fue asfixiado por los coruñeses. El deportivismo tiene muchos motivos para estar orgulloso.

El Depor asfixia al Celta

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