El 2 de octubre de 2008 pasó a la historia por motivos exclusivamente aciagos que, diez años después, siguen inquietando al entorno de As Mariñas. La “caída” la Casa Gótica supuso un punto de inflexión, desató la “cascomanía” y, de mano de la indignación, movilizó a la ciudadanía que, por primera vez, se unió para advertir de la situación del área monumental de Betanzos. Los tribunales absolvieron al propietario de un delito sobre el patrimonio histórico,
pero nada ni nadie consiguió reconstruir la Casa Gótica.
En menos de dos semanas, cuando se cumplan un decenio y trece días de la “volatilización” del inmueble, la Xunta sabrá si cuenta con las credenciales necesarias para valorar su adquisición, puesto que cierra el plazo concedido a su dueño para entregar la documentación requerida en el marco del Programa RexUrbe.
Entonces, el Ayuntamiento de Betanzos también decidirá los términos de su solicitud a la Xunta para que, al menos una parte del número 5 de A Cerca, sea de uso público; para que, de alguna manera, uno de los símbolos del “betanceirismo” se incorpore al patrimonio municipal, como centro cívico o, como planteó en las últimas semanas la alcaldesa, María Barral Varela, como espacio destinado a usos vinculados al Camino de Santiago, que pasa por delante de la vivienda tras acceder al casco histórico por el arco de A Ponte Vella.
La mandataria municipal pre- cisó que la idea de la Xunta es “destinar todas as edifi cacións rehabilitadas a vivendas sociais e na maioría delas hai baixos que se usarán como locais comer- ciais”, si bien “no caso da Casa Gótica, se ten que adicarse a vi- vendas sociais, pediremos que, polo menos o baixo, poida ser de uso público”, apostilló Barral.
Origen
Éstas han sido las últimas declaraciones de un representante municipal en un serial que comenzó aquel 2 de octubre de 2008. Pasaban unos minutos de las diez de la mañana cuando los vecinos advirtieron de la situación al Ayuntamiento de Betanzos.
En ese momento, las tareas de desmontaje ya habían alcanzado la puerta conopial, uno de los elementos más originales de la Casa Gótica.Tras las compronaciones de los técnicos municipales desplazados hasta A Cerca, a mediodía, el Gobierno de Betanzos resolvía la paralización inmediata de todas las actuaciones, “dado que las mismas no están amparadas en licencia de obra u orden de ejecución”, y ponía los hechos en conocimiento de la Dirección Xeral de Patrimonio de la Xunta.
En la última campaña de las municipales, catorce meses después de la sentencia del Juzgado de lo Penal –ratificada por la Audiencia Provincial de A Coruña– que absolvía al propietario, los cinco partidos poíticos que concurrieron a los comicios apostaban por la recuperación de la Casa Gótica. Un compromiso compartido por derecha e izquierda que, sin embargo, y a pesar de que se mantuvieron contactos entre las partes, nunca pudo concretarse, y apenas se han registrado cambios en el número 5 de A Cerca. Apenas porque lo cierto es que la situación se complica cada día, siendo numerosos los los vecinos del entorno que vinculan el abandono del inmueble, entre A Cerca y O Pastel, con la aparición de insectos, roedores e incluso una serpiente en las inmediaciones, puesto que el hueco del inmueble se ha convertido en un “pozo” de insalubridad donde los restos de la sillería, que supuestamente continúan dentro, comparten espacio con la maleza, las basuras y los reptiles, que ocupan el sitio de la que era la casa más antigua de Betanzos. Levantada en el siglo XV, tenía dos pisos y un bajo, donde llamaba la atención la puerta conopial, flanqueada por dos blasones con las armas de los Vilousaz. l