El Atlántico no da tregua y esta tarde el litoral de la ciudad volverá a encontrarse bajo una alerta naranja. Por eso ayer volvieron las excavadoras a la playa de Riazor, para tratar de levantar la debilitada duna a contrarreloj. El obstáculo de arena estaba ya muy erosionado por los continuados golpes de mar y la Concejalía de Medio Ambiente decidió rehacerlo ayer, aprovechando un momento de calma.
Normalmente se tarda una semana en mover los 23.000 metros cúbicos hasta formar una barrera de 360 metros pero esto solo ocurre después del verano, cuando hay que rehacerla partiendo de cero. Los operarios confían en conseguirlo ahora en menos de 48 horas. Hay que destacar que la pleamar se espera para hoy a las cuatro de la madrugada, así que las autoridades confían en que no se registre ningún incidente, a pesar de que las olas superarán seguramente los cuatro metros de altura, hasta rondar los 4,7, según los últimos pronósticos.
360 METROS
de largo tiene la duna de Riazor, que protege ese tramo del Paseo Marítimo de los embates de las olas invernales
Hay que señalar que en la última alerta naranja, registrada el lunes, los voluntarios de Protección descubrieron a algunos jóvenes imprudentes pisando la playa la Riazor y subiéndose a la duna en plena pleamar, de manera que tuvieron que escapar hacia el Paseo, perseguidos por las ondas, aunque como no se acercaron a la orilla, no corrieron peligro en ningún momento.
La duna permanecerá en la playa de Riazor hasta finales de mayo, momento en el que regresarán las máquinas para allanar esta barrera y devolver al arenal su estado habitual, pero todavía es pronto para decir si antes de que eso ocurra habrá sido necesario rehacerla alguna que otra vez. Por el momento, la temporada de alertas se mantiene dentro de la normalidad en lo que se refiere a la intensidad, aunque algunas naranjas fueron muy largas.
A finales de octubre, además, una alerta roja sacudió a la ciudad y se convirtió en la jornada culminante de un aviso naranja extremadamente largo, de diez días de duración. Según el Ayuntamiento, el temporal, en el que se registraron ráfagas de cien kilómetros por hora, provocó medio centenar de incidencias de diversa importancia con árboles y fachadas dañadas, y balsas de agua que afectaron al tráfico.
Comparado con ese temporal y los que le siguieron, el tiempo de estos días, con poco viento y sin lluvia, es muy benigno, de ahí que Medio Ambiente se decidiera rehacer la duna, como llevaba tiempo queriendo hacer.