La Asociación Comisión Católica Española de Migraciones (Accem) recibirá en las próximas semanas a 18 refugiados más, que se suman a las 18 plazas ya cubiertas y a los que tratarán de apoyar tanto en la formación como en todo lo relacionado a su protección internacional. Cuentan desde el colectivo que su intervención se basa en proporcionarles una asesoría jurídica y psicológica para que los que llegan a esta esquina del mapa se integren no solo laboralmente sino entre la sociedad coruñesa. Para ello, los instalarán en pisos de acogida repartidos por la ciudad y alrededores.
Los últimos en venir arribaron en la península por la frontera sur española, desde Ceuta y Melilla. Ninguno entró por Turquía, cuentan desde la asociación. En este sentido, tienen firmado un convenio con el Ministerio del Interior, a través de la Oficina de Asilo y Refugio, para gestionar su llegada. Sobre los que ya hacen vida en A Coruña, su procedencia es variada. Así, hay personas de Afganistán, Irak o Ucrania. Los miembros de la ONG trabajan para que se formen y aprendan cuanto antes a hablar español.
Calculan que los siguientes aparcarán sus bártulos en abril, según la coordinación que están llevando a cabo con la entidad gubernamental y apuntan a que en los próximos meses darán una mayor cobertura a esta gente: “Lo que no sabemos es si vendrán familias o personas solas”. Tampoco pueden confirmar su origen: “Desconocemos si entraron por Macedonia, Italia o Grecia”. Lo que sí saben seguro es que toda ayuda es válida para tratar de conseguir su inclusión y que puedan desarrollar así una vida digna, lejos de las armas y la pobreza tercermundista.
Por otro lado, la ciudad se sigue movilizando para enviar ropa y medicamentos a los refugiados. Desde Alhambra Internacional recogen cajas en los domicilios que ellos se encargan de llevar a los campamentos. Espacios públicos como las bibliotecas municipales, el bar Chaflán o la tienda En Brazos también hacen de intermediarios.