Solidaridad y altruismo son los ingredientes principales de la inmunoterapia pasiva con plasma sanguíneo de pacientes que han superado la infección por Covid-19. El Complexo Hospitalario Universitario de A Coruña inició ayer la recogida de este plasma en el punto fijo de donación que la Axencia de Doazón de Órganos, Tecidos e Sangue de Galicia (ADOS) tiene en el Chuac.
Durante la jornada de ayer fueron siete los ciudadanos que realizaron la donación, que tiene como objetivo estudiar el uso de anticuerpos de pacientes recuperados para tratar a otros enfermos que se encuentran actualmente ingresados por coronavirus y que podrían pasar a fase crítica en los próximos días. “Se está haciendo un listado de posibles donantes siguiendo los criterios que nos ha indicado la agencia de donación”, explica María Teresa Fernández, especialista en Hematología del Chuac, y una de las encargadas de este proyecto, junto con la jefa del Servicio, Fernanda López, y la responsable del Banco de Sangre, Concepción Andón.
Los participantes en esta primera selección de donantes de plasma son ciudadanos a los que se les diagnosticó el Covid-19 mediante una prueba de laboratorio y con una PCR negativa de, como mínimo, catorce días antes de que se realice la extracción. “Se trata de pacientes de 18 a 60 años que pesen más de 50 kilos y que tengan un nivel de hemoglobina y de plaquetas adecuado”, indica Fernández.
Los criterios
En el primer listado, todos los candidatos son hombres, ya que el estudio excluye como posibles donantes a mujeres que hayan estado previamente embarazadas o que hayan sufrido abortos. “Otro criterio es que hayan generado inmunidad”, sostiene la especialista. Este uso compasivo del plasma se realizará, si se demuestra que ayuda a los pacientes, como ayuda en el tratamiento mientras no exista una vacuna contra el coronavirus. “El plasma convaleciente ya se ha usado con éxito en otras infecciones como el ébola, por lo que se intuye que tenga buenos resultados y que lleguemos a una conclusión cuando tratemos a los pacientes”, comenta la doctora.
En cuanto a los donantes, Fernández destaca la “voluntariedad” de todos ellos, ya que “lo último que querrían tras haber estado ingresados es volver a un hospital”, concluye.