ARTEIXO-Un aniversario que les dio nombre y apellidos

ARTEIXO-Un aniversario que les dio nombre y apellidos
dora vázquez, henrique rabuñal, miguel anxo sande

El municipio de Arteixo cuenta con una biblioteca central en la capital y cuatro delegaciones: Oseiro (Sol y Mar), Barrionovo, Meicende y O Froxel. Hasta hace cuatro años, todo estos centros eran unos “indocumentados” a los que solo se podía referir uno por el lugar en el que estuvieran ubicados.
La primera sala de lectura de Arteixo se inauguró en 1989. Lejos de su ubicación actual, en el centro cívico del núcleo urbano, se encontraba en lo que hoy acoge departamentos como Obras o la radio municipal.
Hubo que esperar dos décadas para que estas instalaciones contasen con nombre y apellidos. De hecho, se realizó esta propuesta justo para conmemorar el vigésimo aniversario de aquella apertura.
Una vez con el cumpleaños sobre la marcha y con una idea del “regalo” ya pensada quedaba un punto por concretar: ¿Quién serviría de inspiración para nombrar a las bibliotecas?
Claro parece que tratándose de salas de lectura lo más propio serían personas relacionadas con el mundo literario. Al ser dotaciones de Arteixo, qué mejor que tuvieran relación con el municipio arteixán.

Personajes
Una comisión se puso a trabajar para que el pleno de octubre de 2009 diese su visto bueno. Todos los concejales aceptaron la propuesta formulada bajo tres criterios: los dos ya mencionados y, a mayores, que en ese momento estuviesen vivos.
En la lista aparecieron nombres como Dora Vázquez, que falleció al año siguiente. Esta maestra de Armentón le da así nombre a la biblioteca ubicada en la plaza de Manuel Murguía.
El epicentro de las bibliotecas fue “bautizado” con el nombre de Henrique Rabuñal, que en el momento de su elección era vocal de la Asociación de Escritores da Lingua Galega.
Otra de las figuras literarias de Arteixo es Miguel Anxo Sande Corral, que cuenta con un buen número de premios, sobre todo gracias a su vocación teatral. Ya que era natural de Pastoriza, la opción que se planteó fue la sala de Barrionovo.
Pero todavía quedaban dos delegaciones sin un nombre por las que ser mencionadas. La de Meicende y la de Oseiro.
Un arteixán nacido en 1959, escritor y periodista que emigró a Zaragoza fue la alternativa elegida para el primero de los casos. De este modo, la biblioteca ubicada en el colegio San Xosé Obreiro se renombró como Antón Castro.
En su larga lista de méritos para optar a este galardón se encuentran libros de diversos géneros. Entre sus últimas producciones se encuentra “Vivir del aire” publicado hace tres años. Además de haber dirigido la editorial Olifante durante seis años, en 1990 vio la luz su libro “Los pasajeros del estío”.
Si en el caso de Castro dejó Arteixo para continuar su carrera profesional, el siguiente personaje de las letras hizo al revés. LLegó desde Ribeira para instalarse en Oseiro.
Francisco Antonio Vidal Blanco fue vicepresidente de la asociación Manuel Murguía de la citada parroquia. Además, también fundó la agrupación cultural Polos Camiños.
Etnógrafo y escritor, su producción literaria fue más que suficiente para que terminase siendo el “patrón” de la sala de lectura de O Froxel.
 El más ilustre de los escritores arteixáns es Manuel Murguía y Vidal Blanco realizó un reseñable trabajo de investigación del “Patriarca”. Justo el año en el que la biblioteca de O Froxel recibía su nombre, publicó –en colaboración con Rosa Benigna Vizcaya– “Dos fastos ós festexos”.

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