Los trabajadores de Tranvías desconocían el riesgo que provocaba el daño en la vía

El Ideal Gallego-2011-07-15-006-299bf25a

  p. g. l. > a coruña

  Frente al informe del director de Seguridad y Movilidad, Germán Lago, en el que se hace referencia a que la rotura de los raíles suponía un peligro para los usuarios del tranvía, el presidente del comité de empresa de la Compañía de Tranvías –responsable del servicio–, José Puñal, aseguró ayer que los trabajadores “no tenían conocimiento de ese deterioro”, y que en todo este tiempo “no se recibió ninguna queja de ningún compañero por las vías”.
Puñal se mostró disconforme con la supresión del servicio. También analizó la situación de este medio de transporte la portavoz del PSOE municipal, Mar Barcón, que ayer se reunió en la sede de su partido en María Pita con el comité de empresa de la Compañía de Tranvías. La socialista insistió en que el anterior ejecutivo local no tenía conocimiento de que existiese riesgo para las personas: “Si alguien tiene un informe en el que al gobierno anterior se le advirtiera sobre el riesgo para las personas, es muy bueno que saque ese informe”.
Barcón dirigió ayer sus críticas en especial a Germán Lago, que, tal y como recordó la portavoz del PSOE, ya era director de Seguridad en la anterior legislatura. “Quiero creer que para él la seguridad de los ciudadanos era tan importante bajo un gobierno socialista como bajo un gobierno del Partido Popular”, recriminó la socialista, que reclamó a los miembros del Ayuntamiento que “no frivolicen” con la seguridad de las personas para justificar la decisión de suprimir temporalmente el servicio del tranvía. “No faltaba más que quienes conducen y los usuarios el tranvía se hubiesen sometido a algún riesgo”, manifestó la socialista.

El documento > En el documento elaborado por el director de Seguridad sobre el estado del vehículo se indica que la Compañía de Tranvías tenía instrucciones de suspender el servicio en caso de  que se diese una situación de riesgo anormal que pudiese poner en peligro la vida de las personas.
También se indica que, debido a la rotura que existía en la entrada del desvío de la vía a la altura del edificio de Hacienda, en el Paseo Marítimo, los conductores de los vehículos se habían visto obligados a circular a velocidades “muy bajas”, por debajo de los diez kilómetros por hora. Pese a esta medida, en el informe se asegura que el riesgo de descarrilamiento era “elevado”.


 

Los trabajadores de Tranvías desconocían el riesgo que provocaba el daño en la vía

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