“El alcoholismo se toma más bien como un vicio, pero es una enfermedad progresiva”

“El alcoholismo   se toma más bien como un vicio, pero es una enfermedad progresiva”
El local se encuentra en la calle del Oidor Gregorio Tovar | pedro puig

En la calle del Oidor Gregorio Tovar se encuentra el Grupo 24 horas de Alcohólicos Anónimos, una institución que lleva ya quince años ayudando a la gente a combatir sus problemas con la bebida, y que en la parroquia de Nuestra Señora de Los Rosales celebrará el sábado a las seis de la tarde un acto informativo sobre este problema. Actualmente hay 25 usuarios, y su portavoz José Ramón Fernández, asegura que todavía queda mucha batalla por librar. “Se toma más bien como un vicio o una adicción, pero es una enfermedad progresiva”.

Es decir, que no basta con beber mucho para volverse a alcohólico o ser asiduo al botellón, sino más bien de un problema genético, de cómo reacciona el cuerpo cuando se ingiere alcohol. Cuando empiezas a beber, luego no puedes parar, alerta Fernández que reconoce que la situación le superaba. “Se me hace un mundo cualquier cosa, me frustro muchísimo y mi escapatoria era el beber”. Pero al día siguiente, el problema sigue ahí o ha empeorado: “Acabas perdiéndolo todo”.

Él estuvo con pastillas recetadas por un psiquiatra, que le calmaban pero no podían combatir su obsesión por beber. Así que seguía bebiendo con psicofármacos, y sufría lagunas mentales que le impedían recordar lo que había hecho. Pero tampoco funciona la pura fuerza de voluntad, solo la solidaridad de grupo ha funcionado. “Necesito a mis compañeros, las juntas que hacemos, que otro alcohólico me escuche, porque me va a entender, porque somos todos enfermos alcohólicos. Por eso aquí tratamos de ayudar a quien los necesita, como me ayudaron a mí el día que entré por la puerta”, anima. l

“El alcoholismo se toma más bien como un vicio, pero es una enfermedad progresiva”

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