Esta semana se desbloqueaban las obras de O Parrote, y después de cuatro años paralizadas, la empresa adjudicataria de la actuación, Copasa, ha querido celebrar el avance con una presentación oficial del proyecto. Un proyecto, que poco o nada tiene que ver con el que la compañía presentó inicialmente, antes de que se descubriesen los restos arqueológicos en el subsuelo. El diseño actual incluye un aparcamiento subterráneo, un túnel, un edificio destinado a la hostelería y la reurbanización de la dársena. El coste total asciende a 36,4 millones de euros, sin IVA, –con impuestos el presupuesto se dispara a unos 44 millones–. El objetivo es que todas las partes estén concluidas en el primer trimestre de 2014.

El arquitecto afirma que la incorporación del túnel le ha dado “libertad” para rediseñar el entorno

Esta fecha supone ya un retraso a la que hace un año dieron Puerto y Ayuntamiento, pero en aquel momento se esperaba poder iniciar los trabajos en mayo. Uno de los más llamativos es el del vial subterráneo que conectará Puerta Real con el Paseo Marítimo, en el entorno del castillo de San Antón. Para el arquitecto responsable del diseño, Luis Collarte, esta incorporación –fue una de las promesas electorales del PP– modificó toda la concepción del proyecto, ya que “otorgó grados de libertad”. “Es la obra que nos permite jugar con la superficie”, señaló en la presentación.

vial subterráneo

La carretera medirá 650 metros de largo de los cuales 490 transcurren en túnel. Dispondrá de dos carriles de circulación en sentido único hacia La Solana, aunque se podría utilizar en ambos sentidos, y discurrirá casi pegado al cantil. “Es una obra de ingeniería de cierto calado”, admitió Collarte, aunque para el ingeniero responsable, Bruno Lago, la mayor dificultad de todo el proyecto está en “las características del terreno”, ya que no se trata de un suelo natural sino de “material de relleno procedente de voladuras y canteras”, lo que podría dificultar la cimentación. “Pero no es irresoluble”, aclara.

El coste del mismo asciende a 14 millones de euros. Es la obra más polémica por su coste, porque aunque la Xunta se ha comprometido a cofinanciarla con 12 millones, por el momento es el Ayuntamiento el que asume el pago, algo que la oposición considera un “despilfarro”. Ayer mismo los socialistas criticaron al alcalde por “presumir” de lo que entienden que es una “obra faraónica” impulsada para “satisfacer el ego” de Negreira. El BNG, por su parte, señala que no hay cobertura presupuestaria.

párking

El aparcamiento costará 19,8 millones de euros, de los que ocho ya se han invertido con la primera adjudicación. Finalmente dispondrá de 610 plazas, 445 en el sótano uno y 165 en el dos. Cabe destacar que esta planta estará dividida en dos zonas aisladas, divididas por el baluarte, a las que se accederá a través del primer piso.

La empresa prevé vender entre 300 y 350 plazas. Algunas ya fueron compradas al inicio de las obras y ahora la compañía reanuda el periodo de reservas para los interesados. El resto se destinará al uso en régimen de rotación por minutos.

Respecto a los accesos, se prevén dos entradas para los vehículos, una de ellas en superficie desde Puerta Real, en donde también habrá una salida, y otra a través del vial subterráneo como sucede ahora en el túnel de María Pita. Habrá otra salida directamente al Paseo Marítimo, a la altura de las piscinas de La Solana. Collarte destacó que las dos bocas diseñadas a la altura de Puerta Real –la entrada estará pegada al cantil de La Marina– son provisionales, a la espera de que se rediseñe también este entorno. El Ayuntamiento pretende ampliar el túnel de O Parrote para peatonalizar toda la zona hasta Correos.

edificio

El inmueble de 999 metros cuadrados será la actuación que más modifique el aspecto la dársena de O Parrote. Como se anunció, no sobrepasará la cota del paseo, para evitar tapar las vistas de la bahía, y su cubierta, que servirá de plaza pública, comenzará a la altura de la calle de Tabernas de modo que pueda servir de conexión entre la Ciudad Vieja y La Marina a través de unas escaleras en la fuente de la Vírgen del Carmen.

Finalmente, aunque toda la fachada que va a dar al mar y a la dársena será acristalada para, en palabras de Collarte, “disfrutar de las vistas”, la parte de atrás tendrá de un muro cerrado hacia La Solana en la que se ubicarán los servicios de la actividad hostelera, que serán los que permitan a Copasa aumentar sus beneficios, pese al aumento del coste de la obra y los años de paralización de la misma. La construcción del edificio costará 903.357 euros.

urbanización

Y por último, se tendrá que reurbanizar el entorno, lo que ascenderá a unos 1,5 millones de euros. El arquitecto señala que se ha intentando “hacer pocas cosas” en este ámbito, “casi solo ordenar” para evitar hacer más compleja una zona que ya “soportará una carga importante” por su demanda para el ocio.

Para ello, todo el entorno discurrirá en una única cota de 14.000 metros cuadrados con un mobiliario urbano e iluminación ordenado en línea a modo de “pentagrama”. Entre los materiales, una vez más, el adoquín de piedra es el elegido.