El geriátrico Esvida podría cerrar definitivamente sus puertas la semana que viene tras anunciar un ERE y su cese de actividad a principios del mes de abril que dejaba a 47 trabajadores en la calle y a 94 personas sin residencia. Después de semanas de intensas negociaciones para evitar el cierre del complejo de Matogrande, los afectados optaron por desistir en sus reivindicaciones y en el último mes han ido abandonando de forma progresiva el centro.
En estos momentos, según uno de los portavoces de los afectados, Antonio San Miguel, quedan veinte residentes, que posiblemente se reubiquen en los próximos días, por lo que la empresa gestora de Esvida, Sanyres, podría anunciar su cierre definitivo la próxima semana. San Miguel asegura que todavía no tiene la certeza de que se trasladen todos los usuarios, una condición innegociable que puso la Consellería de Traballo para permitir el cese de actividad. Los afectados mantendrán una reunión el próximo lunes en el salón de actos del geriátrico para hacer balance de los reubicados. Advierten de que no permitirán que Sanyres deje de prestar los servicios que contrataron hasta que todos se hayan marchado a otro complejo. En cuanto a los trabajadores, se desconoce el número de ellos que ha podido ser contratado por los geriátricos que han acogido a los afectados, que se habían comprometido a contratar a estos profesionales en función del número de usuarios que recalaran en sus instalaciones.