La cofradía pide que se estudie la zona de vertido de lodos de la ría para evitar daños

Los mariscadores de O Burgo y, en general toda la cofradía, han sido siempre la cabeza visible de las reclamaciones por el saneamiento de la ría. Ahora, a falta de que reciban aún el documento del Ministerio de Medio Ambiente –ninguna administración pública lo ha recibido–, lo que más le preocupa al pósito acerca del proyecto que consultó a través de la web es la propuesta de trasladar los lodos al mar, a un área habilitada para ello a unos cinco kilómetros de la ciudad y denominada zona de vertido de Miño. El patrón mayor, Manuel Cao, señala que en el entorno faenan barcos de bajura y cerco y teme que la contaminación de los lodos del estuario pueda afectar a los caladeros.
El portavoz no se opone abiertamente a esta alternativa propuesta por Demarcación de Costas, pero reclama un estudio específico que analice el comportamiento de los sedimentos y evitar así afecciones futuras. “Lo lógico sería llevarlos a un planta de tratamiento, pero bueno, si el Estudio de Impacto Ambiental no ve objeción, nosotros tampoco”, indica Cao, en referencia al siguiente paso que se abrirá tras este período de consultas inicial.

sin consecuencias
En el documento se descartan afecciones para la pesca porque el entorno está “libre de caladeros”, el más próximo está ubicado a una milla de distancia. La zona ya cuenta con un “estudio detallado de caracterización encargado por la Xunta” porque la misma se utiliza habitualmente para verter los restos de dragados de puertos como el de A Coruña y Miño –de ahí su nombre–. “Las simulaciones de dispersión realizadas para esta zona, suponiendo material compuesto por arenas y fangos, indican que en dos horas el 90% del material se depositaría en el fondo”, indica el texto del Cedex.
El patrón mayor no quiso decantarse por ninguna de las alternativas que se plantean en el proyecto, a pesar de que una de ellas implica dragar toda la ensenada y no sepultar aquellos lodos más contaminados, como recomienda Costas.
“A ver, nosotros hemos dicho que sería una barbaridad dejarlos pero hay que valorarlo”, declara el representante del pósito sin cerrarse a ningún trabajo. Apuesta por “lo más razonable económicamente y en tiempo”.