Una horma de sombreros de colección sin billete al País Vasco

Una horma de sombreros de colección sin billete al País Vasco

Las cuatro paredes del pequeño local que ocupa la Sombrerería Dandy guardan muchos secretos y anécdotas desde su posición privilegiada. Algunos que incluso ni se fabrican ya, salvo que sea por encargo. En una de las trastiendas más añejas de la ciudad descansa estos días una horma de sombrerero casi centenaria y conservada de manera espectacular para que los más “cabezones” también puedan resguardar del frío su cabeza aunque el sombrero sea un poco escaso.

Hay quién se muere por conseguir esa horma y también otros aparejos de verdadero experto como un medidor de sombreros pero esas reliquias no se venden y se mudarán al tiempo que lo hagan las propietarias y no será al País Vasco como pretendían algunos.

“Nos llamaron de una sombrerería de San Sebastián para comprar la horma, que es de madera maciza, pero no la vendemos”, cuenta Fernanda Piñón. La responsable del negocio cree que buscaban ese trozo de historia porque aunque se puedan encargar ya no se fabrican de forma tan artesana.

Lo que sí se ha vendido en estos meses es el resto de mercancía que iba quedando, porque solo llegaron piezas nuevas de algunos pedidos que no pudieron ser cancelados. La “locura” fue la tónica inicial de los clientes al ver que se tenían que despedir de su vestidor de cabezas.

La propietaria estima que después de anunciar el cierre a finales de enero crecieron los clientes y recuerda que la gente “se llevaba los sombreros de cuatro en cuatro y boinas que no eran de su talla”. Y es que no era cuestión de despreciar unos precios más que ventajosos, porque después siempre hay a quién regalar. Igual que los 80 años que regaló Dandy a la historia coruñesa.

 

Una horma de sombreros de colección sin billete al País Vasco

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