La Feira das Marabillas finaliza hoy, después de seis días en los que los visitantes han podido disfrutar de las actuaciones de los animadores, de la comida de los puestos, y de las chucherías de los tenderetes. Pero aquellos que han tenido la mala ocurrencia de aparcar en el espacio para residentes, se han llevado un recuerdo que no esperaban: una multa de cien euros por aparcar en zona para residentes. Porque, según fuentes municipales, las denuncias por este motivo se han disparado durante esta semana.
“Al principio, no multábamos, si los vecinos tenían espacio para aparcar, pero la gente aparca en la Maestranza y el Oceanográfico, así que empezamos a dejar avisos y ahora ya sancionamos”, señala un agente local. La mayor parte de los conductores que se encuentran con una multa en el parabrisas son forasteros, así que no están al tanto de todos los cambios realizados con motivo de la peatonalización de la Ciudad Vieja.
En el parabrisas
“Incluso a mí me han puesto una multa, y eso que soy vecino”, asegura un conductor que maniobraba para aparcar en la Maestranza. Hace unos días se encontró con la multa en el parabrisas que le informaba que había sido sancionado con 100 euros, pero, por supuesto, no piensa abonarla. “Llamé para quejarme y me dijeron que cuando la multa me llegara a casa, la recurriera”, explica el afectado que piensa hacer exactamente eso.
Muchos de los conductores aparcan inadvertidamente en zona reservada, sin darse cuenta de las líneas amarillas o el resto de la señalización vertical u horizontal que informa de este hecho. Tanto en la Maestranza como en el aparcamiento de Oceanográfico podían verse durante la mañana de ayer varios vehículos que no mostraban en su salpicadero ni la nueva identificación de residente aportada por el Ayuntamiento (una pegatina redonda) ni la antigua de cartón que está en vías de extinción (desaparecerá con el año).
Segunda opción
Los vecinos ya habían expresado su temor a que tanto los visitantes como los propios feriantes se apoderaran de las plazas de aparcamiento, especialmente de las de la Maestranza, que son las más utilizadas por su cercanía, mientras que el Oceanográfico se convierte en una segunda opción porque, mientras que para los comerciantes, la Feira das Marabillas es un impulso a la actividad económica, para los residentes solo supone molestias.
Por eso había pedido más vigilancia al Ayuntamiento. Además, la segunda fase de peatonalización de la Ciudad Vieja cumplió esta misma semana un mes desde su puesta en marcha y los vecinos ya han descubierto desajustes que esperan que se vayan solventando con el paso de los meses.
En líneas generales, los habitantes del casco histórico llevan “bien” los cambios introducidos para eliminar los vehículos de esta zona de la ciudad, aunque algunos todavía están adaptándose, pero son los visitantes, que no están al tanto de estos cambios, los que están sufriendo sus consecuencias más indeseables, y para cuando termine hoy la Feria das Marabillas, muchos se llevaran un recuerdo que no es el que esperaban cuando decidieron pasar el día en la Ciudad Vieja. l