Anaquiños de papel es artesanía floral en el corazón de Juan Flórez. Cristina es artesana del papel, creadora de piezas delicadas pero impactantes que cobran vida en escaparates, eventos, talleres y colaboraciones con marcas del mundo de la moda, el arte y la decoración.
Sus manos transforman papel en esculturas, flores, estructuras tejidas o elementos suspendidos que parecen flotar en el aire. No hay prisa en su proceso: cada creación nace del silencio, la observación y una profunda conexión con el material. “Trabajo con papel porque es frágil, versátil y honesto. Me obliga a estar presente”, explica Cristina.
Sus proyectos destacan por la limpieza visual, el cuidado en los detalles y un lenguaje elegante que no necesita estridencias. Ha diseñado instalaciones efímeras para escaparates de tiendas, como Alba Conde o Moises Nieto, escenografías para eventos, como el desfile de Simorra en la 080Barcelona Fashion Week, piezas para campañas editoriales de Vogue y colaboraciones con otras marcas como la colección de flores para el pelo para novias diseñadas junto a las creadoras 6eme Galerie.
Su proceso creativo es pausado y experimental: parte de la idea, elabora bocetos, prueba estructuras y materiales, y luego ejecuta con una precisión casi coreográfica. Utiliza técnicas como el origami, el trenzado, el modelado, con un enfoque contemporáneo que respeta el tiempo del hacer manual.
Además de sus piezas, una de sus pasiones es la de impartir talleres empresas y particulares, en los que enseña plegados, estructuras decorativas y formas de reconectar con la creatividad a través del papel. “Me interesa mucho crear experiencias. Que quien participe no solo aprenda una técnica, sino que viva un momento significativo”, asegura.
Ha dado talleres para Inditex, Porcelanosa, Swarovski, Scalpers,... Su trabajo ha sido reconocido por la Fundación Pública Artesanía de Galicia, forma parte de circuitos artesanales y culturales, y recientemente ha sido invitada a participar en ferias como Fitur representando la artesanía gallega.
En un mundo saturado de objetos, su propuesta destaca por ser una experiencia sensorial, estética y emocional: papel que respira, se mueve, emociona.
“En mi colaboración con la peluquería Maryl, en la calle Juan Flórez de A Coruña, diseñé una composición floral en gran formato que combina artesanía contemporánea y sensibilidad estética. El objetivo era claro: aportar un toque de color y frescura al escaparate sin perder la elegancia que caracteriza al espacio. Las flores, realizadas íntegramente a mano en mi taller, están creadas en papel de alta calidad utilizando diferentes técnicas de plegado, modelado y trenzado. Algunas de ellas llevan detalles pintados a mano pétalo a pétalo, lo que permite aportar matices únicos y un acabado más realista y expresivo”, afirma.
La selección de colores —burdeos, nude, verdes suaves y toques melocotón— fue pensada para integrarse con la identidad visual de Maryl, sin resultar invasiva, pero aportando presencia y personalidad.
El resultado es una instalación que acompaña sin competir, una presencia sutil pero impactante que viste el escaparate de temporada con una mirada artesanal.
Cada pieza está concebida no sólo como un elemento decorativo, sino como una forma de expresión que invita a detenerse y mirar.