A menudo se asume que los efectos de las estaciones se limitan a cambios en nuestro estado de ánimo, niveles de energía o la mayor propensión a ciertas enfermedades como la gripe.
Sin embargo, una investigación reciente de la Universidad de Nagoya en Japón sugiere que la influencia de las estaciones podría ser mucho más profunda, y afectaría a procesos biológicos fundamentales como la efectividad de los medicamentos, la tolerancia al alcohol y el metabolismo de los carbohidratos.
Este estudio pionero, que analizó la actividad genética a lo largo de las estaciones, revela una conexión sorprendente entre el ritmo de la naturaleza y el funcionamiento interno de nuestro organismo.
Para comprender mejor cómo las estaciones impactan nuestra biología, los investigadores de la Universidad de Nagoya llevaron a cabo un análisis exhaustivo de la actividad genética.
Crearon un detallado "mapa de expresión génica estacional" examinando la actividad de más de 54.000 genes en 80 tejidos diferentes de monos rhesus durante un año completo. Este enfoque a gran escala permitió identificar genes cuya actividad varía significativamente según la época del año, denominados "genes estacionalmente variables".
La elección de monos rhesus como modelo de estudio es significativa, ya que su fisiología comparte muchas similitudes con la de los humanos, lo que aumenta la probabilidad de que los hallazgos sean relevantes para la salud humana.
Una averiguación clave de este análisis fue la identificación de fluctuaciones estacionales en genes responsables del metabolismo de fármacos, específicamente CYP2D6 y CYP2C19. Estos genes son de gran importancia ya que influyen en la efectividad de aproximadamente una cuarta parte de los medicamentos de uso común.
Esto sugiere que la época del año podría tener un impacto directo en la eficacia de tratamientos para diversas afecciones, incluyendo cáncer, diabetes, colesterol alto, trastornos psiquiátricos, terapias hormonales e inmunosupresores utilizados en trasplantes de órganos.
La implicación de este descubrimiento es que un medicamento que resulta altamente efectivo en una estación podría ser menos eficaz en otra, lo que potencialmente requeriría ajustes en la dosis o la consideración de tratamientos alternativos según la temporada.
La investigación también exploró cómo las estaciones podrían afectar la tolerancia al alcohol. Para estudiar esta cuestión, los científicos realizaron un experimento con ratones en condiciones controladas de invierno y verano.
Observaron que los ratones criados en condiciones invernales se recuperaban de la intoxicación por alcohol más rápidamente que aquellos criados en condiciones veraniegas. Esta observación llevó al profesor Takashi Yoshimura a sugerir que el cuerpo humano podría ser más susceptible a la intoxicación durante los meses de verano.
Esta hipótesis podría ofrecer una explicación a las tasas más elevadas de hospitalización por intoxicación aguda por alcohol que se observan en verano en muchos países, aunque se requiere más investigación en humanos para confirmar esta conexión.
Un hallazgo inesperado del estudio reveló diferencias notables entre machos y hembras en cuanto a la variación genética estacional. A pesar de que ambos sexos de monos recibieron la misma dieta durante todo el año, los genes involucrados en el metabolismo de los carbohidratos en el duodeno de las hembras mostraron su máxima actividad durante el invierno y la primavera.
Los investigadores proponen que un aumento en el metabolismo de los carbohidratos en el duodeno durante el invierno podría ayudar al organismo a maximizar la extracción de energía de fuentes de alimento potencialmente limitadas.
Posteriormente, el metabolismo mejorado en primavera podría facilitar la obtención de energía de una dieta más variada a medida que los alimentos se vuelven más accesibles. Este patrón, observado principalmente en las hembras, sugiere una adaptación biológica específica al sexo en respuesta a los cambios estacionales en la disponibilidad de recursos.
Las repercusiones de esta investigación para el futuro de la medicina son considerables. El profesor Yoshimura enfatiza el potencial de estos descubrimientos para la cronoterapia y la medicina de precisión.
La cronoterapia se refiere a la optimización del momento de la administración de medicamentos para mejorar su eficacia y minimizar los efectos secundarios, teniendo en cuenta los ritmos biológicos del cuerpo. Las conclusiones de este estudio indican que el momento del año podría ser un factor fundamental a considerar al prescribir ciertos medicamentos.
Comprender cómo los genes influyen en nuestras respuestas a los fármacos, el aumento de peso y la tolerancia al alcohol en función de la estación del año podría conducir a tratamientos significativamente más efectivos y personalizados y avanzar hacia una medicina de precisión que tenga en cuenta los ritmos naturales de nuestro cuerpo.
Este estudio destaca la importancia de considerar los ritmos biológicos estacionales, más allá del ritmo circadiano diario, en la investigación médica y la práctica clínica.