Las razones por las que A Coruña evitó una nueva ola de calor

La urbe herculina fue estos días un oasis climático en medio de las altas temperaturas de Galicia y España
Las razones por las que A Coruña evitó una nueva ola de calor
Niebla el pasado domingo en la ciudad, en plena ola de calor nacional | Quintana

Las únicas olas que vivieron los coruñeses estos días fueron las que surcaron los surfistas de Riazor, Orzán o Matadero. Y no precisamente todos los días que les gustarían. Y es que, mientras Galicia, y sobre todo España, sufrieron temperaturas por encima o cerca de los 40 grados, A Coruña se convirtió en un oasis climático. Pero, ¿cuáles son las razones por las que la ciudad logra zafarse de las altas temperaturas?

 

 

 

 


Para encontrar la principal causa por la que en A Coruña hace fresco mientras España entera se achicharra hay que poner en valor su posición geográfica. El hecho de ser una de las urbes que recibe viento del norte y, por supuesto, su excesiva exposición al mar, propicia que las masas cálidas de aire no entren con facilidad en la península coruñesa. Al contrario que ciudades del interior de Galicia, como Santiago de Compostela, Lugo y Ourense –esta última, con máximas que superaron los 40 grados–, o incluso de costa, como Pontevedra, Vigo o Ferrol, que no se encuentran tan expuestas al Atlántico.


Según Francisco Infante, delegado de la Aemet en Galicia, la cercanía de las aguas frías del Atlántico, sumada a otros factores importantes como los vientos dominantes en verano (nordés) y la formación de nieblas de advección en zonas costeras, son las principales razones por las que A Coruña logró escapar de las altas temperaturas.

 

 

 


Las nieblas fueron las protagonistas estos últimos días. Estas se deben “a la diferencia de temperaturas que se produce entre la tierra, calentada por el sol, y el agua del mar, más fría –a diferencia del Mediterráneo–, porque tiene menos capacidad de absorción de la radiación solar y se calienta mucho menos”, expone Infante. “Una vez que las nieblas se retiran, se mantiene esa humedad en el ambiente, y, por lo tanto, al termómetro le cuesta subir. A esto hay que sumarle el viento del nordés, que ayuda a regular las temperaturas”, detalla Brais Aldao, responsable del proyecto de meteorología independiente MeteoBrais.


Aun así, la ciudad coruñesa llegó a registrar estos días una temperatura de 28,3 grados, muy baja en comparación con otras zonas de la comunidad gallega pero, una vez más, alta para lo que acostumbra a marcar aquí el mercurio. De todos modos, no fue lo habitual desde el pasado sábado. De hecho, A Coruña registró ayer máximas de 23 y mínimas de 18 grados. Durante la jornada de hoy, seguirá la ola de calor en gran parte de la comunidad gallega y del territorio nacional, pero A Coruña continuará en su oasis particular. 

Las razones por las que A Coruña evitó una nueva ola de calor

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