Volvemos a lo de siempre

Por tercera vez la Justicia condena al Partido Popular por el caso Gürtel y quedan todavía unas cuantas causas más por conocer el veredicto de lo que puede considerarse como el mayor pelotazo de todos los siglos. Quien ha contado cuantas son –tres de momento y hay sitio para más según cuentan en los tribunales– tiene que recordar que se están juzgando casos del dos mil siete y hay investigaciones más cercanas.


Tal vez a eso se refería Rajoy cuando dijo aquello de “todo es mentira salvo alguna cosa”. Cosas de Mariano y mala suerte para Feijóo.


Por cierto en el congreso de Sevilla nadie habló de corrupción pero si hubo calurosos aplausos para José María Aznar y Mariano Rajoy. Es más en la entronización de don Alberto se dijo que don Alberto seguiría la senda de don Mariano .Ya le recomiendan al nuevo líder que mejore la comunicación del partido y no sé si se trata de que abra puertas o cierre ventanas.


Nos advertían en este periódico que tuviéramos los ojos bien abiertos a la hora de enjuiciar ¿? asuntos de conocimiento general gracias a los medios de comunicación pues los “cacos” suelen ir embozados –con máscara, pañuelo atada o careta– y a veces le corresponde al mundo de la comunicación, gracias a la investigación amén de echar una ojeada al archivo. Y aquí está otro caso que llena páginas programas:


Otro de los asuntos que tiene enredado a la cúpula de los populares tiene un nombre: Vox. La vieja guardia según se cuenta, pide ya que no fue capaz de atraerlo a sus filas buscar algún punto de apoyo pero de puertas adentro y no con la foto de Colón que tanto daño les hizo.


Y ahora está ocupado otro juzgado removiendo el caso de las mascarillas en Madrid. Lo explica muy bien Iñigo Dominguez en El País: para hacer buenos negocios no hay como tener un primo cerca del poder.


En este caso era el alcalde de la ciudad. Según la investigación de la fiscalía, presentando falsa documentación vendieron material sanitario defectuoso por un importe que superaba los quince millones de euros.


El resto de la historia ya lo conocemos: era tan espectacular la comisión que se compraron once coches de alta gama, un yate, un piso en Pozuelo y celebraron el negocio con una semana de “lujerio” en Marbella. Y luego dicen por ahí que no tenemos emprendedores.

Volvemos a lo de siempre

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