El modelo hospitalario chino

Las palabras de Don Hilarión en ‘La verbena de la Paloma’ (1894) “las ciencias adelantan que es una barbaridad” están hoy de plena actualidad. Basta con mirar lo que está ocurriendo en el mundo, en particular en el campo de la medicina, que es lo que interesa a este comentario.  


Hace pocos años la empresa francesa H4D desarrolló la cabina Consult Station, un pequeño consultorio autónomo y portátil con instrumentos clínicos que puede instalarse en empresas, aeropuertos o zonas rurales para realizar consultas médicas con médicos reales asistiendo por videoconferencia. El objetivo es mejorar el acceso a servicios sanitarios, especialmente en contextos de escasez de personal o en zonas remotas, acercando la atención médica donde está el paciente para evitar desplazamientos. Un gran avance.


Pero es más impactante el Agent Hospital de la ciudad china Shenzhen, el primero que funciona con un equipo de 14 robots especializados en distintas áreas de atención médica, desde la cirugía de alta precisión hasta el diagnóstico asistido por datos masivos.


La inteligencia artificial no es un simple apoyo, sino el núcleo del sistema para  diagnósticos automatizados por imagen y para cirugías robóticas y gestión hospitalaria inteligente. Se trata de una apuesta decidida por un modelo de salud donde la tecnología asume gran parte del trabajo médico con una eficiencia, seguridad y precisión difíciles de igualar. El gobierno chino proyecta la próxima apertura de 12 hospitales robóticos adicionales con sistemas capaces de cubrir treinta especialidades médicas.


Mientras tanto, en Galicia seguimos enfrascados en debates sobre la apertura de una o dos nuevas facultades de medicina (y con tres universidades estancadas en los principales rankings internacionales). Formar más médicos es una necesidad urgente en un contexto de envejecimiento poblacional y fuga de profesionales, pero, ¿tiene sentido “fabricar” más médicos si no están formados como profesionales del futuro dominando las nuevas tecnologías?


Siguiendo el modelo chino, más que crear facultades se trata de repensar la formación sanitaria integrando la inteligencia artificial, el análisis de datos, la bioinformática y la robótica en la formación de los futuros profesionales de medicina y enfermería. Sin descuidar la implantación de la telemedicina rural como solución estructural, porque la orografía gallega y la dispersión poblacional hacen de Galicia un lugar idóneo para liderarla. Eso implica una revisión profunda del modelo formativo y sanitario.


El hospital chino puede sonar a deshumanización de la medicina, pero es lo que hay. Si Galicia quiere garantizar una atención de calidad a largo plazo debe mirar de frente al siglo XXI y abrazar sin miedo la innovación. Porque “las ciencias adelantan que es una barbaridad” y el tren de la revolución médica no espera.

El modelo hospitalario chino

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