Malditos idus de marzo

Más de un mes de guerra y destrucción. Otra vez los cuatro jinetes del apocalipsis galopando entre la muerte y la miseria que multiplica su horror por todo el mundo civilizado.


Por aquí nuestras batallas se desarrollan en las carreteras con una huelga –para unos de la patronal, para otros de una supuesta mafia que busca el poder en el sector– que sube el nivel de cabreo de la población en general.


Hay quien opina que el descontento viene de lejos: uno de cuatro españoles vive en la pobreza o en riesgo de exclusión según datos del Instituto Nacional de Estadística.

Aumenta la desigualdad: ahora mismo más de la mitad de los españoles se muestran pesimistas sobre el futuro del país.


Y aquí, a nuestro alrededor más cotidiano, nueve de cada diez vecinos están expuestos a un nivel perjudicial de ruido, tal como denunciaba este periódico el pasado domingo “abriendo” la primera página. Ruido, mucho ruido que llega de nuevo desde el exterior en otro capítulo de la vida y pecados de nuestro emérito.


Esta vez por lo que la prensa llama “la venganza en diferido de Corina Larsen que acusa a los servicios secretos españoles de amenaza y acoso. Al parecer no eran suficientes los sesenta y cinco millones que le regaló Juan Carlos I según cuentan en El País. Curioso: Juan Carlos e Isabel Díaz Ayuso están a pie de igualdad para los tribunales de Gran Bretaña.


Y en este escenario “aterriza” Alberto Núñez Feijóo, en el llamado “desembarco” en la política nacional como salvador del partido de la gaviota y, en un futuro próximo, conductor de este país. La prensa madrileña más afín al Partido Popular de otras épocas le buscan las vueltas a cada frase o a cada silencio.


Su gira por todo el país explicando su programa no gustó a las viejas figuras del partido popular que aún tienen mando en plaza allá donde situaron sus banderas. Tampoco le ayudaron algunas de sus declaraciones: desde el insistente apoyo a la presidenta madrileña hasta su opinión s los posibles pactos con la extrema derecha que representa VOX pasando por aquella exclamación donde criticaba al gobierno central “de forrarse”.


Parece volver a sus viejas mañas. Aquí la oposición le recuerda que ninguna de las promesa de Feijóo aparece en el Diario Oficial de Galicia que es donde hay que materializar ideas y proyectos. Será un efecto de los malditos idus de Marzo. Ojalá no se estrelle el plan de choque anunciando por Moncloa.

Malditos idus de marzo

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