El día después

Una vez el periodo electoral de Galicia se ha terminado, toca hacer reflexión, no, solo, de la campaña que se hizo, si no, de lo mal que estuvo ante el compromisario a ejercer el voto, por tanto este día, es muy llamativo para todos los partidos que han intervenido en la campaña, que por otro lado fue muy apática y enquistada en los egos personales y la descalificación ajena por sistema, de lo que tienen que tomar nota, los partidos que se postulen a ser elegidos para un periodo de cuatro años, como mínimo. Las cosas no han sido como siempre, debido a que los partidos no han echado todo el músculo de lo que de ellos cabía esperar.


Hacer una campaña, sin presentar alternativas al, que, gobierna, es querer hacer inculto al pueblo al que va dirigida, este no quiere confrontar los ánimos ó ideología alternativa, sólo aspira a que le solucionen sus varios problemas mundanos y todos creados de forma paulatina y de la mano de sus señorías. De modo que un ciudadano quiere poder votar y elegir a aquel candidato que mejor preparado esté, para llevar sus asuntos y saber reclamarle porqué, no se hizo aquello que se prometió.


Todo el mundo sabe de sobra que en el periodo electoral, se promete lo habido y por haber, pero, una vez, pasadas estas elecciones, cada cual va a su bola y se meten enfrascados en sus asuntos, sin resolver nada al sufrido elector y contribuyente al mismo tiempo. 


Qué al fin y al cabo, es de donde perciben su soldada mensual y no es cosa banal, con lo cual, el ciudadano, sigue hallándose disconforme, muy a su pesar, de que esta campaña, tampoco haya sido ejemplar con la ciudadanía, después de tanto reproche entre las diversas fuerzas políticas. 


Sin solucionar lo importante ¿A, qué se va, a unas elecciones, si no se ha dicho nada sobre el pueblo y para el pueblo?  Qué es la cuestión más importante.Ahora pasemos al resultado final, si es lo que se esperaba cada uno, o ha sido una fuente de exaltación populista de que los resultados no han sido tan malos ó mejor de lo esperado. 


El Partido Popular, quizás a estado a la altura en el manejo de sus cifras, con 40 diputados, el BNG, por su parte debe estar satisfecho, con el techo alcanzado, arañando cinco escaños al PSOE. Que se queda con solo nueve, debido a sus problemas internos, que arrastran al partido a un foso sin fondo. Debe actuar y ponerse a la altura de lo que esperan de él, los españoles, sufrirá mucho, de ahora en adelante, en las siguientes citas electorales y quizás su presidente, no llegue a finalizar este mandato electoral en vigor, que apenas ha comenzado y que se está viendo sobrepasado por las circunstancias de las exigencias del resto de sus apoyos en la actual legislatura.


El día después, está para celebrarlo y recapacitar en lo que se hace y no está bien visto por la mayoría. Un Gobierno debe hacerlo conforme, los mandatos de esa mayoría. Lo demás es un clamoroso error.

El día después

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