Cuidemos el ambiente

Eso nos recomendaban el pasado domingo pues cada cinco de junio Naciones Unidas, señala la fecha como recuerdo, y sobre todo necesidad, de hacer honor a lo que nuestra propia Constitución en su artículo 45, advierte que hay multas para quienes lo degraden.

Y hay culpables con nombres y apellidos e empresas depredadoras a las que no alcanza la ley. Es en buena parte un problema a los que las autoridades no dedican los esfuerzos necesarios y, por otra parte, es una misión de todos y cada uno de los ciudadanos de cumplir las normas que nosotros mismos nos hemos dado para paliar el efecto de algunos desastre climatológicos que nos sorprenden e vez en cuando se habla de la contaminación o cuando se recuerdan catástrofes que hemos seguidos a través de la televisión en países más o menos lejanos.

Hay otra contaminación, otro ambiente enrarecido con pruebas palpables como la campaña electoral en Andalucía. Hay que pedir pues a los candidatos y a sus máquinas de propaganda que convierten los mítines en una serie de insultos mezclados con bulos “emoporcando” el ambiente y que nos deja perplejos pues las razones se convierten en un vertedero.

Y si hay algo que necesita de forma urgente especial cuidado es la salud. Dicho de otro modo más claro las soluciones de la administración al cuidado de nuestra salud: desde los ambulatorios hasta la hospitalización y no digamos las operaciones.

Lo han denunciado los propios galenos que piden ayuda para la atención primaria. Aquí nos ha dejado su herencia Feijóo con recortes palpables que, como repite la oposición y confirman las organizaciones que agrupan a esos profesionales, dan pie a esas deficiencias.

De alguna manera lo r4conoce su sucesor en el cargo que prometió ayudas inmediatas. Y es que el colapso del CHUAC o las listas de espera para cualquier operación son datos suficientes para entender el malestar de los ciudadanos.

Dice la canción que quien tiene “salud, dinero y amor” puede dar gracias a Dios. Y dice el personal que vale: que a Dios rogando y con el mazo dando. El mato, en este caso, es el movimiento ciudadanos y de forma más convincente a la hora de elegir a sus representantes. Hay un viejo chiste que cuenta que “el hombre es el único animal que tropìeza dos veces con la misma piedra. Y en algunos casos con el mismo voto.


Cuidemos el ambiente

Te puede interesar