La paciencia tiene un límite. En este caso de diecisiete años. Los que han transcurrido desde que en 2008, en plena ‘crisis del ladrillo’, se paralizara la construcción de dos bloques de viviendas en el núcleo de O Seixal y que actualmente se encuentran en estado de semi ruina. Por este motivo, entre otros, el Ayuntamiento de Oleiros amenaza, de manera poco velada, con su derribo si la Sareb (el denominado ‘banco malo’) no procede a su conclusión.
“Na actualidade esta urbanización (ubicada en la rúa da Gaita) está degradándose co paso do tempo, pero estímase que a estrutura e resto dos traballos realizados aínda son aproveitables. O alcalde, Ángel García Seoane, solicitará unha xuntanza con membros da Sareb para reactivar esta iniciativa inmobiliaria. De non atenderse positivamente, o Concello oleirense activará a caducidade da licenza e podería chegar ao derrubamento da construcción”, apuntan fuentes municipales.
Asimismo, el equipo de gobierno propone que el inmueble, situado en las inmediaciones de la vía N-VI y la avenida de Salvador Allende, se destine a albergar viviendas de promoción pública o de alquiler social.
“Así o solicitará o Concello ao Goberno do Estado, tras o anuncio que fixo recentemente a ministra de Vivenda de activar todos os recursos existentes para promocionar o acceso á vivenda das persoas de menor capacidade económica”, añade.
Se da la circunstancia de que este esqueleto urbanístico no es el único que afea el ‘skyline’ de la parroquia de San Pedro de Nós. Así, a pocos metros de este se puede contemplar una enorme estructura de hormigón que permanece en estado de abandono desde principios de siglo.
Mejor suerte parece que va tener la urbanización de chalés prevista en las inmediaciones del pazo de A Carballeira, sede de la Fundación Juana de Vega, ya que una promotora ha retomado las obras de construcción.