La Junta birmana condena a Suu Kyi a otros tres años de cárcel por corrupción

La Junta birmana condena a Suu Kyi a otros tres años de cárcel por corrupción
Suu Kyi, en una imagen de archivo/EP

Un tribunal militar de Birmania (Myanmar) condenó este miércoles a otros tres años de prisión a la depuesta líder del país y premio nobel de la Paz, Aung San Suu Kyi, tras ser hallada culpable de dos casos de corrupción, informaron a EFE fuentes cercanas al proceso.


Con este nuevo veredicto, Suu Kyi, de 77 años y quien se encuentra detenida en una prisión de Naipyidó, acumula condenas por un total de 26 años de cárcel, después de que fuera declarada culpable de diversos cargos tras el golpe de Estado del 1 de febrero de 2021, que acabó con el Gobierno electo de Birmania.


Según explicaron a EFE fuentes relacionadas al juicio, la nobel de la Paz, quien se enfrenta todavía a más procesos, fue sentenciada a tres años de cárcel por cada uno de los dos delitos, pero podrá cumplir las penas de forma simultánea.


Los casos se refieren a una denuncia presentada por la Policía el pasado febrero y que acusaba a Suu Kyi de presuntamente apropiase ilícitamente de unos 500.000 dólares que habían sido donados entre 2019 y 2020 a una fundación que ella presidía en aquel entonces.


Suu Kyi, encarcelada desde el golpe militar, se enfrenta a otros procesos, celebrados todos a puerta cerrada, y es acusada, entre otros cargos, de supuestamente abusar de su posición para el alquiler de terrenos y por la compra y alquiler de helicópteros.


Los representantes legales de la líder derrocada, por su parte, han negado todos los cargos.
Hace dos semanas, la exlíder ya había sido condenada, junto a su asesor económico, el australiano Sean Turnell, a tres años de prisión por violar la ley de Secretos Oficiales, aunque los detalles de dicho delito no han sido precisados por la Junta militar birmana.


El golpe de Estado perpetrado por los militares el 1 de febrero de 2021 ha sumido al país en una profunda crisis política, social y económica, que abrió una espiral de violencia y represión y llevó al encarcelamiento de diversas voces contrarias al régimen.


El Ejército justifica el golpe por un presunto fraude masivo durante las elecciones de noviembre de 2020, cuyo resultado ha sido anulado y en las que el partido de Suu Kyi arrasó, como ya hizo en 2015, con el aval de observadores internacionales.


Desde la sublevación militar, más de 2.340 personas han muerto por la brutal represión de las fuerzas de seguridad, que llegaron a disparar a matar contra manifestantes pacíficos y desarmados, mientras que el número de arrestados supera los 15.800, según los últimos datos de la ONG birmana Asociación para la Asistencia de Presos Políticos. 

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