Feypo reafirma su apuesta en Menéndez Pelayo con el sello de la hamburguesería que marcó a varias generaciones

Feypo reafirma su apuesta en Menéndez Pelayo con el sello de la hamburguesería que marcó a varias generaciones
El interior del nuevo Feypo

En A Coruña hay nombres que despiertan recuerdos inmediatos. Feypo es uno de ellos. Durante décadas, su local de la avenida de Arteixo fue parada obligada para quienes buscaban una buena hamburguesa tras una noche de fiesta o una cena informal en familia. Hoy, a apenas cien metros de aquel primer establecimiento, la historia continúa.

 

Desde octubre del pasado año, Feypo ha vuelto a servir bocadillos y hamburguesas en Menéndez Pelayo, con la misma filosofía de entonces: producto sencillo, trato directo y recetas que siguen resistiendo el paso del tiempo. La nueva etapa, liderada por los descendientes del fundador, no solo recupera un nombre con historia, sino también una forma de entender la hostelería.

 

“Creo que tanto Steven como Ferrín estarían muy orgullosos de ver que Feypo sigue vivo”, confiesa emocionada Raquel Moreno. Se refiere a su cuñado, fallecido repentinamente en 2012, y a su suegro, José María -más conocido como Ferrín-, quien inauguró el negocio en 1975. “Lo regentó siempre la familia y fue un referente, sobre todo en la noche coruñesa, por su cercanía a locales como el Chaston o Pirámide”, recuerda Raquel. 

 

 

No solo alimentaba trasnochadores: muchas familias del barrio acudían a comprar bocadillos y hamburguesas para llevar a casa. El Especial Feypo -pan clásico, salchicha roja fresca y cebolla pochada con salsa secreta- se convirtió entonces en el sello de la casa y hoy continúa en la carta.

 

“Durante años, amigos y familiares animaban a Charlie, mi marido, a reabrir. Queríamos mantener la esencia y, sobre todo, el sabor. Conservamos proveedores clave, como el panadero o el carnicero de la salchicha, y seguimos preparando las recetas tradicionales”, relata Raquel.

 

Feypo mantiene un modelo de comida rápida de calidad: sin servicio de mesa y con preparación inmediata. “En cinco minutos tienes tu hamburguesa. No queríamos complicaciones, solo buena comida a buen precio”, resume Raquel. El local, más amplio y moderno que el original, conserva una atmósfera funcional y cercana.

 

Hamburguesa smash de Feypo
Hamburguesa smash de Feypo 

 

A los clásicos se suman propuestas actuales como la Pirata Burger -carne de vaca gallega troceada, bits de bacon, cheddar, cebolla crujiente y salsa pirata- o la Smash clásica, con doble carne, cheddar, bacon, lechuga, tomate, pepinillos y salsa especial. “Intentamos ofrecer una hamburguesa del mes, aunque algunas se quedan por demanda de los clientes”, admite.

 

La apuesta por el producto local es irrenunciable. Los vegetales llegan de un frutero del barrio, los quesos se seleccionan pieza a pieza y la carne procede de vaca gallega premium. “Queríamos subir el nivel de la materia prima sin que eso se notase en el bolsillo del cliente. El Especial Feypo cuesta 5,95€. Venir a comer aquí no es un lujo”, subraya Raquel.

 

La nueva etapa ha atraído tanto a quienes guardaban recuerdos del Feypo original como a nuevas generaciones que lo descubren ahora por primera vez. “Nos alegra ver que los jóvenes también conectan con nuestra propuesta, más allá de la nostalgia”, apunta Raquel. Para la familia, mantener vivo el nombre de Feypo es también una forma de rendir homenaje a sus raíces. “Este proyecto nació con Ferrín y con Steven. Nos emociona poder continuar su legado y devolver el nombre de Feypo al lugar que le corresponde”, concluye. 

 

Feypo reafirma su apuesta en Menéndez Pelayo con el sello de la hamburguesería que marcó a varias generaciones

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