El paso de Gahl-Corny a La Coruña

El paso de Gahl-Corny a La Coruña
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Sin entrar en polémica alguna acerca de la referencia histórica de la ciudad –todas las propuestas son interesantes y dignas de estudio–, es un hecho que hay una versión histórica del nombre propio de “La Coruña”.
La hoy ciudad cosmopolita que conocemos, tuvo varios nombres a lo largo de su historia, aunque todos bajo un mismo tronco en común, bien como lengua de tierra que se adentra en el mar, bien como columna de Hércules, entre el primero está la denominación celta de “Gahl-Corny, que posiblemente su pronunciación sería “Gall-Corum”, los romanos le conocieron por el nombre de “Adrobicum” y las tribus de godos o suevos se refirieron a ella como “Coruná”. Corre el año 406, cuando las tribus germánicas, traspasan los límites del Imperio Romano y se asientan en Callaecia, sobre el año 411, en el 585, los visigodos conquistan este reino de la mano de Leovigildo que lo incorpora al de Toledo, después de derrotar al rey galaico Andeca, por lo que el antiguo Reino de Galicia, dura apenas 174 años, el rey de mayor interés sería Theodomiro su reinado va  del año 559 al 570 y conocido también como Miro.

asentamientos celtas
Las tierras de Galicia según los griegos, estaban ocupadas por los “Oestrimnios”, una raza de guerreros que se dividía en numerosas tribus muy belicosas, por lo que los celtas aquí asentados la conocían como “Gahl-Corny. Según Ptolomeo, en el año 69 época de Flavio Vespasiano, se denominaba “Callaicorum Lucensium”, puerto natural de Flavium Brigantium y según el mismo historiador, en el siglo II, se la conoce como “Magnus Portus Adrobicum”, cuya plaza fuerte era Brigantium y en donde habían residido los principales caudillos de la zona céltica, entre los que estaría el mítico Breogán, al que se le atribuye, el haber levantado la primera columna de Hércules con que contó este pequeño burgo.
En el año 572, con motivo de la celebración del II Concilio de Braga, el rey Miro (Theodomiro) hace cesión del término de Faro y de Corunatum, a la silla episcopal de Iría-Flavia, la cual era sufragánea de Lugo, por lo que Faro sería la Columna de Hércules o Breogán, incluida su fortificación y Corunatum, el burgo donde se alojaría la población, en lo que se denomina Ciudad Alta.
En el Códice Calixtino escrito entre 1119-1124, que consta de cinco libros, figura por vez primera el nombre de “Crunia”, ya no se denominaba Faro, sino “Villa de la Crunia” en 1147. Pasando de ser Coruná ó Corunatum, a Crunia, (latín) hasta que en 1180 se habla del “Foro dos Cregos da Cruña”, (gallego) así consta reflejado en los Libros de Actas municipales del 15 de enero de 1574, folios 18-21, con el epígrafe “Aquesta he a carta do foro dos Cregos”. Siendo en 1298 mediante un privilegio fechado el 14 de febrero en Valladolid, cuando el Rey Fernando IV, concede a la “villa de la Coruña”, (castellano) exenciones de tributos monetarios a los monederos del Reino. Desde este preciso instante se conoce a lo largo de la historia como “Coruña”. Paradójicamente la forma oficial de “La Coruña”, se comienza a usar desde los inicios de la II República, antes había sido la “Coruña”.
Para finalizar, conviene aclarar que “Gahl Corny”, significa lengua de tierra, lo que siempre fue la Coruña que se adentra en el mar, hasta la anexión del Ayuntamiento de Oza en 1° de octubre de 1912 y Coruná y sus derivados hasta la actualidad, está sujeto a la columna de Breogán como los gaélicos le denominaban, de ambos nombres deriva la toponimia de nuestra ciudad. De modo que el compendio de libros de las invasiones irlandesas “Lebor Gabála”, comienza a escribirse entre el siglo XI-XII y comprende una serie de historias, mitología, leyendas, folklore y religión, escrito en la lengua gaélica irlandesa entre el año 800-1200, traducido al francés en 1884 e inglés entre 1937-1942.
Por lo que “Cruinn” en gaélico, está referido a la forma de la columna de Breogán, que según los mismos, fue levantada por él. Todo lo relacionado con la Tardía historia de Lebor Gabála”. Se refiere al propio faro milenario, lo que suponía una columna sagrada envuelta en un círculo mágico por donde se ascendía a lo alto mediante una rampa de caracol.
Esto para los gaélicos, era mitológico, un homenaje en Nerio a la deidad solar que descansaba en las profundidades marinas cuando teñía de un rojo inquieto el horizonte y acto seguido dejaba caer con violencia la fría noche que todo lo envolvía en la temerosa oscuridad.

El paso de Gahl-Corny a La Coruña

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