Noche de fuego, alfombras rojas y compras

Noche de fuego, alfombras rojas y compras
El Ideal Gallego-2014-05-03-011-be97616e

La Tuna de Veteranos comienza a tocar. Muy cerca de ellos, dos artistas empiezan a escupir fuego por la boca. Otros reparten globos entre los niños que miran de reojo un puesto con manzanas a punto de  ser caramelizadas. Con este peculiar panorama arrancaba ayer la tercera Noche Blanca, en la que los comercios abrieron hasta las doce de la noche o, en algunos casos, incluso un poco más.
El alcalde, Carlos Negreira, y el presidente de la asociación de comerciantes del Obelisco, Antonio Amor, fueron los encargados de inaugurar esta edición, en la que se dieron todos los ingredientes para que casi ni se pudiese caminar por la calle Real.
En primer lugar, hacía buen tiempo. En segundo lugar, seis cruceros que ayer hicieron escala en la ciudad. Y más que por los propios cruceristas, los barcos hicieron que muchos coruñeses fuesen “a verlos” y abarrotasen las calles del centro, como explica Amor. Son los propios vecinos de la ciudad y entorno “el que gasta” en el comercio, aunque “todo ayuda”.
En definitiva, entre turistas, los que se acercaron a ver unos buques de grandes dimensiones y los que simplemente se acercaron a dar una vuelta al centro, dejaban un panorama “pintoresco” en el que si se tirase un alfiler, no caería al suelo.

Más de un centenar
La calle Real y sus aledaños se llenaron así de alfombras rojas. Una por cada establecimiento que participaba en la Noche Blanca. Inscritos eran un centenar, pero, más de uno decidió extender a su entrada también una alfombra roja y unirse de extranjis a esta iniciativa.  
Pero solo los cien que contaban con una pegatina distintiva recompensaron a sus clientes con unos rascas, la novedad de esta edición. Por cada compra se entregaba un boleto en el que podían ganar vales de hasta cincuenta euros o un pincho en alguno de los bares que también se unieron a la causa.
Y por si esto no convencía a los clientes, los comerciantes organizaron un buen número de espectáculos. Los clásicos propios de la Tuna compartían escenario –la calle– con los temas más modernos de los pinchadiscos y al que no le guste, aún tenía un par de cantautores por la zona.
Uno de los grandes atractivos era un “mapping” que proyectaron a las once de la noche en la fuente de San Andrés. En este lugar se mezclaron imágenes de la ciudad y la moda. Un espectáculo audiovisual que sorprendió a los transeúntes que en ese momento pasaban por ahí.
Los niños disfrutaron con los  globos que fueron inundando el entorno. Junto a los pequeños, los mayores también tuvieron la oportunidad de recordar su infancia a golpe de papila gustativa con manzanas de caramelo como plato principal de esta peculiar noche.
A esta lista de ingredientes aún le faltaba uno más para que la Noche Blanca fuese redonda. Los comerciantes prepararon esta tercera edición coincidiendo con la campaña por el Día de la Madre, que se celebrará mañana.
“Las expectativas son muy buenas”, aseguraba Amor al arrancar los actos. Seguro que más de uno o más de una había dejado para el último momento elegir un regalo, así que, qué mejor momento que aprovechar el horario nocturno, el ambiente festivo de la calle y los premios de los rascas que para comprar un detalle para las madres.    n

Noche de fuego, alfombras rojas y compras

Te puede interesar