Más de 30 vecinos se concentran en San Vicente en protesta por la obra

Más de 30 vecinos se concentran en San Vicente en protesta por la obra
Cerca de 30 personas se reunieron frente a las obras, molestas por la falta de información | quintana

El Ayuntamiento quiere zanjar la polémica que ha surgido a raíz de las obras de urbanización de la calle de San Vicente, así que se celebrará esta misma semana una reunión con los vecinos de Os Mallos, indignados por no haber sido informados debidamente. El alcalde, Xulio Ferreiro, prometió que se llevará a cabo una presentación “ante un número mayor de vecinos” para explicarle los pormenores de la obra que asegura que supondrá “unha mellora evidente” sobre su estado actual. De momento, un grupo de 30 residentes y comerciantes del barrio se congregó ayer frente a las obras durante media hora.
El enfado de vecinos y comerciantes surge de la falta de comunicación del Ayuntamiento, al que acusan de no haberse molestado en comunicarlo debidamente. “Dicen que está en la página web municipal, pero eso no me parece manera. Hay gente que no tiene ordenador, ni acceso a internet”, recuerda el presidente de la asociación de comerciantes, José Salgado, visiblemente molesto: “Hay muchas cosas que no sabemos: ni siquiera si podremos aparcar, o cuánto espacio habrá para la cara o descarga. Porque si se pone luego, será más complicado”.
El Gobierno local asegura que, además de aparecer en su página web, estos trabajos ya se habían anunciado a los residentes en el entorno y al tejido asociativo “hai varios meses”. Pero para muchos, la primera noticia que tuvieron fue a través de los carteles que se instalaron anunciado los cortes de tráfico.

Casi 300.000 euros
El concejal de Regeneración Urbana, Xiao Varela, ya tuvo que explicar en qué consistirán las obras que obligarán a cortar la calle de San Vicente durante dos meses entre Ángel Senra y Ramón Cabanillas para canalizar una red separada de aguas fecales y pluviales. El proyecto, que cuenta con un presupuesto de 289.432 euros, también incluye la renovación del pavimento y la reorganización de la calle en dos áreas distintas, una de calzada y acera y otra de plataforma única. También se mejorará la señalización, tanto horizontal como vertical. La reurbanización se completará plantando una decena de árboles de escaso mantenimiento, además de con la reposición de cuatro papeleras y la instalación de dos bancos nuevos.
No es la primera vez que el Gobierno de la Marea Atlántica tiene que enfrentarse a la indignación vecinal por un fallo de comunicación a la hora de presentar un proyecto. El más grave tuvo lugar en Eirís, en cuyo parque pretendían instalar los módulos del proyecto para indigentes Micasita, y que la reacción vecinal obligó a retirar.

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