Maratones con objetivos tangibles

Maratones con objetivos tangibles
Luis Gonçalves recoge esta escena cultural y veraniega en Pontevedra luis gonçalves

Son un Ollo Atlántico, que recorre la AP-9 desde Ferrol hasta Vigo para retratar el país, que aparece en color y en blanco y negro. El colectivo se confiesa amante de la fotografía, autodidacta en su mayor parte, pero con un largo listín de cursillos que apoyan cada instantánea que realizan cuando toca quedada.
Una o dos veces al mes marcan una cruz en el mapa, normalmente encima de Santiago, por eso de que está a mano de todos y hasta allí acuden para participar en su carrera particular. En este caso, no les hace falta un dorsal ni unas zapatillas con cámara de aire.
La suya tiene objetivo y dispara a menos o más distancia para salir de un proceso de revelado manual o ser testimonio de un salto, el digital. Todo es válido en esta agrupación de artistas. Lo dice Darío Javier López, que tiene su campamento base en Ferrol. Lo interesante, además del reto fotográfico, es el intercambio de material.
A todos les apasiona el papel así que se deben al purismo y sueltan perlas en forma de seres humanos. El portavoz señala que son “más de observar y capturar lo que vemos”. Lejos de lo artístico, peinan las calles para retratar el entorno. No se centran en un tema en concreto y se paran ante todo lo que les entra por su ojo atlántico.

equipo
Matías Rial, Darío Javier López, Iván Barreiro, Jesús Caballero, José Padín, Luis Gonçalves y Pablo Pachón conforman el equipo, que pensó en esta fórmula como enriquecedora. Más allá de foros en los que unos y otros opinan, ellos prefieren el vis a vis que pasa por un maratón de imágenes y un cafelito: “Aprendemos mucho unos de otros”.
Y si la semana pasada tocó Betanzos y sus cuestas, Ferrol les ofreció su Semana Santa para perderse en el casco viejo compostelano o saludar al mar en A Coruña. Con una media de edad que ronda los 35, Ollo Atlántico no descarta poner sus trabajos en común en una exposición. Tampoco renuncian a editar una publicación o sobrepasar el perímetro para llevar la fotografía a otra gente.
Y aunque algunos prescinden del color porque aman el género y todo su proceso, los hay que se declinan por pintar el océano con tonalidades vivas en un conjunto de inquietudes que se pueden visitar en la web www.olloatlantico.com.
En su manifiesto, dejan claro que huyen de los encasillamientos. Su decálogo del buen practicante escapa de la rigidez y sí de canalizar su impronta hacia un proyecto en el que mostrar lo cotidiano a través de imágenes creativas, que con mayor o menos fortuna, viajan por libre. Sin ataduras ni cortapisas. Enseñando Galicia tal cual es.

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