Un baile de estrellas sobre lo religioso y lo cotidiano

Un baile de estrellas sobre lo religioso y lo cotidiano
La Dance actuará en Belmont el 29 de abril

Lo sacaron del horno hace mes y medio y esta noche lo presentarán en directo para que “Os Xoves de música” del Colón se vayan al hemisferio sur y vuelva al norte para enfrentarse a lo religioso y lo cotidiano.

La Dance se refugia a las 21.00 horas en el teatro, que “da juego porque permite jugar con las luces y las proyecciones” en la justa medida para que el oído no se distraiga. Hay mucho disco que masticar y también son enormes las ganas que tienen los músicos, que entrarán de la mano de Say my name, con los que ya han compartido escenario más veces. Víctor Ledo recuerda que no hace mucho pasearon su repertorio por el Playa Club para lanzarse a la carretera y tocar en la capital, donde el grupo se fue de lo íntimo a lo electrónico.

Y es que “cada disco es distinto a lo anterior”. No se encasillan y en “Cruz del sur”, “el sonido es más directo”, dice el músico. El trabajo engloba una gran metáfora, de cómo la constelación es válida en un lado del planeta y en el que “nos toca no sirve para nada”. Lo terrenal se mezcla con lo místico, que surge de timbrar en la puerta a la inspiración.
Explica el guitarrista que primero surge el concepto que se traduce en un título. Es como una especie de disparo. Después, van surgiendo las letras: “En el 80% del repertorio viene primero la música con la melodía y luego sale la letra”, que encaja en el puzzle del disco.


Así es que Ledo moldea su imaginario para que vaya por la senda elegida: “Las hago todas yo, pero después las vamos amoldando Paula y yo”. Ella es la voz, que le da personalidad a la banda que completan DJ KOS, encargado de aportar las bases electrónicas; Carlos Posada, a la batería; Maritxinha, al bajo, que sustituye a Ani, “a punto de dar a luz y que nos acompañará como público; Manu, a la guitarra; y Paloma Bello, al teclado.

Para esta velada, La Dance contará además con colaboraciones. Brais López subirá al estrado a tocar varios temas y Luis Moro, que grabó uno con ellos en el disco, también. Su puesta en escena será distinta.

Aprovecharán la magia del Colón para poner su maquinaria audiovisual a funcionar en mayor o menos intensidad, dependiendo de la canción, junto con los focos.

La formación que fabrica a sus criaturas en casa se vestirá hoy de directo para repetir el 29 de abril en Belmont, en un formato acústico que muchos veneran porque de repente se sacan todas las capas y aparecen desnudos, voz y guitarra, tocando para un grupo reducido de oídos.

Entre tanto, piensan el siguiente, donde le volverán a dar la vuelta a todo y regresarán a la electrónica. A la que llenarán de matices porque es lo bueno de grabar en el salón, que “tienes más tiempo para los detalles”. La Dance no es de quedarse en la superficie. Va más allá.

Un baile de estrellas sobre lo religioso y lo cotidiano

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