La tradición continúa viva en Cambre a pesar de las dificultades administrativas. La romería de la Galaicoi se celebró este sábado gracias a los vecinos, que tomaron el relevo al Ayuntamiento, que este año decidió no asumir la organización por no contar con los servicios necesarios ni la capacidad para contratarlos.
Alrededor de una veintena de colectivos de todo el municipio se encargaron de la organizaron de este festejo para reivindicar su historia, apuntalar su identidad y ensalzar su castro.
Más castrexa imposible, ya que los residentes se las tuvieron que ingeniar para preparar el recinto de la mejor manera que pudieron y recrear el ambiente típico de la Galaicoi. La fiesta se llevó a cabo en terrenos particulares (sus propietarios los cedieron para la ocasión e incluso los desbrozaron).
No hubo las cabañas ni los romanos de otras ediciones, pero no faltó la música, el entusiasmo de los participantes en este evento cambrés y la comida. Clanes vestidos de castrexos, con sus enseñas, sus escudos y sus armas, tal y como establece la tradición, tomaron el lugar.
Durante la jornada se celebró una foliada y una asamblea de clanes, que es una de las escenas más características de este evento, que evoca la vida en el siglo I, toda vez que está documentado que durante la romanización Cambre no solo fue un sitio de paso para los romanos, sino un centro de residencia y de convivencia con castrexos, y como prueba de ello en este municipio todavía se conserva la villa romana cerca de la iglesia y el castro de Santa María.