Lejos de volver a su cauce, las aguas están cada día más revueltas en Betanzos. El nuevo mobiliario aún trae cola pero esta vez son otras dos las cuestiones que suscitan controversia: la situación del mercado y, sobre todo, el control de tráfico en el casco histórico, que el comercio rechaza y los vecinos consideran inconcreto a la espera de “una comunicación oficial” por parte del Gobierno de María Barral. “Nos enteramos por los medios”, comentan desde Amigos do Casco Histórico de Betanzos. En su opinión, antes de realizar un anuncio de este calado, los responsables municipales deberían haber convocado a los afectados y aclarar todas las medidas que implica su implantación, o “cuando menos, comunicarlo”, apuntan desde la entidad que preside Juan Gómez.
De la misma manera, los residentes advierten de las consecuencias de un modelo de ciudad que apuesta por el visitante “porque ya ha visto en otras ciudades que es un fracaso” y de la necesidad de “regular las viviendas turísticas”, que siguen aumentando en todo le municipio pero especialmente en el centro de Betanzos.
Con todo, la reacción más airada ha sido la de los comerciantes que, a través de un comunicado, reivindicaron “un casco histórico para vivir y del que vivir, no una atracción de souvenir barato” porque, “por si no lo saben, el comercio de Betanzos vive de la comarca, no de las excursiones de una hora que pasean por el entorno monumental” de la que sigue siendo cabecera comarcal y capital histórica de As Mariñas.
Los comerciantes reivindicaron "un casco histórico para vivir y del que vivir, no una atracción de souvenir barato
Además, se mostraron “cansados de mentiras, falsas promesas e incumplimientos de palabra” pues el pasado 26 de diciembre, “ante la negativa de una reunión abierta a todos los implicados”, la directiva de ChesCasco (Comercio, Hostalería e Servizos do Casco) mantuvo un tenso encuentro con la alcaldesa y la edil de Comercio e Promoción Económica para tratar de resolver dudas y, teniendo en cuenta los rumores que había en la calle, “desmentir los bulos que no lo eran tanto”, indican desde ChesCasco.
Los representantes de esta asociación sostienen que entonces “nos dijeron que no era necesario grabar porque la palabra dada valía”, al tiempo que se comprometieron a convocar un acto abierto antes de un mes “que seguimos esperando” y a confiar en el revulsivo que para el área monumental sería el nuevo mercado de O Azougue.
Según los asistentes a aquella reunión, “se nos preguntó qué tiempo de parada considerábamos oportuno e indicamos que mínimo una hora con zonas habilitadas para ello, que ya habían sido aprobadas en planes anteriores” del Ayuntamiento de Betanzos. Pero transcurridos casi cinco meses, lo establecido son 15 minutos de máximo para los no residentes, con cámaras de control en las entradas y salidas, e incluso en la calle de Os Ánxeles y la plaza de Galicia.
En resumen, tras aportar cifras del censo, que no ha aumentado en los últimos años, instan a que “primero traigan población y luego humanicen” y a usar las cámaras para vigilar “el creciente vandalismo, del que también estamos cansados y afectados”, denunció ChesCasco.